viernes, septiembre 20, 2024
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De la minería a la huelga general

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Durante la dictadura de Franco, los sindicatos de clase convocaban manifestaciones todos los primeros de Mayo. Secundaban estas movilizaciones los partidos políticos prohibidos por el régimen. Eran tiempos difíciles, sin libertad ni derechos civiles y políticos. En la clandestinidad habían sobrevivido, resistiendo a la represión y a la persecución las organizaciones obreras. Y fueron las primeras en plantar cara a la dictadura planteando reivindicaciones económicas y sociales y abriendo el camino para que la política cuestionara aquella España gris y terrible.

En Asturias, en las cuencas mineras, se oyeron las voces de los mineros, cuyas reivindicaciones pusieron contra las cuerdas al gobierno de entonces. Lo contaba y cantaba Chicho Sanchez Ferlosio, el hijo ácrata del falangista Sanchez Mazas. “Hay una lumbre en Asturias que calienta a España entera, es que allí se ha levantado toda la cuenca minera”.

Parece que el tiempo es circular. Los filósofos han reflexionado sobre ello. Estamos sujetos al misterio del eterno retorno. Pero yo creo, sinceramente, que lo que nos parece el regreso de lo ya ocurrido y superado se debe a que nunca ha pasado del todo, que sigue vivo y latente y que espera su momento para aflorar.

Cuando los trabajadores que secunden la huelga general estén de brazos caídos ante su puesto de trabajo, los mineros asturianos y de las comarcas leonesas, y de otros puntos de Castilla y León, llevaran muchos días de encierro a sus espaldas, muchos kilómetros recorridos, muchas horas de paro. Y sumaran, también, mucha más historia a su ya larga historia de combatividad sindical.

El futuro de la minería se decidirá al mismo tiempo que los grandes sindicatos de clase le plantan cara al gobierno.

Lo más impresionante de este conflicto que se debate en Bruselas, es la respuesta ciudadana a la lucha de la minería: respaldo, aplausos, solidaridad, apoyo. Un modelo de lucha correspondida con el calor popular. Impresionante con los tiempos que corren.

Desde 1962, cuando la impresionante huelga del Caudal y del Nalón anunció con anticipación histórica el fin de un modelo económico y social construido por la dictadura, los mineros marcan la pauta de la respuesta de los trabajadores a los envites de los Gobiernos.

Coincide ahora la minería con los trabajadores de toda España. Los sindicatos al frente deben tomar nota del respaldo que los mineros obtienen en un país perplejo y cansado. Y lograr el respaldo de los españoles para que el modelo sindical que protege los derechos sociales conquistados, en vez de quebrarse se haga aún más fuerte. Y para que esa fortaleza nos parezca bien a todos, porque sin sindicatos volveremos a vivir en una España gris y terrible.

Suerte mineros.

Rafael García Rico

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