1) Finalmente, la candidata presidencial oficialista Dilma Rousseff ganó la primera vuelta electoral en Brasil, pero no alcanzó, como habían previsto las encuestas que le daban el 51% de los votos, los sufragios necesarios para ser electa presidenta. La ex ministra de Lula da Silva (de 62 años, con un pasaje minucioso por la cirugía plástica) alcanzó el 46% de las adhesiones, afectada (según los analistas) por el duro impacto del escándalo de tráfico de influencias que salpicó a su ex asesora Erenice Guerra. En segundo lugar como estaba previsto, pero superando los sondeos, el ex gobernador de San Pablo, el socialdemócrata José Serra (de 68 años) alcanzó el 32,6 por ciento de los sufragios. Irá con Roussef a la segunda vuelta o ballotage, el 31 de octubre. Y la gran sorpresa la constituyó la candidata del Partido Verde, Marina Silva, originaria del Amazonas, que llegó al 19,35% de los votos, muy por encima de lo previsto en las encuestas. Los 135 millones de electores convocados, eligieron entre los nueve postulantes al sucesor de Lula da Silva (quien adelantó que no será más candidato presidencial) y eligieron a los gobernadores de los 27 estados, renovaron dos tercios del Senado y la totalidad de la Cámara Baja.
2) Es tensa la relación entre la Argentina y Chile por la decisión del gobierno de Cristina Kirchner de conceder asilo político al ex guerrillero chileno, Galvarino Apablaza, quien, en tiempos de democracia, asesinó en Chile a un senador y secuestró al hijo del dueño del periódico “El Mercurio” de Chile. El presidente Sebastián Piñera pidió personalmente a la presidente Cristina Fernández de Kirchner la posibilidad de enjuiciar, en Chile, a este chileno que cometió en su país aquellos delitos, pero ante esta negativa, el gobierno trasandino denunciaría ahora a la Argentina ante la Corte Internacional de Derechos Humanos.
3) Tras el alzamiento policial en Ecuador, cuando lentamente las aguas vuelven a su cauce, se discute si el presidente Correa ha salido triunfador de esta crisis en la inestable democracia. El ingeniero Fabricio Correa, hermano mayor del presidente ecuatoriano, ha responsabilizado a su hermano menor de la crisis política, por su estilo desafiante y por carecer de cualidades para el diálogo. Incluso, por otro lado, la prensa ha puesto en duda, tras las declaraciones de un médico, que hubiera corrido riesgos la vida del presidente Correa (como él dice, hablando de sí mismo en tercera persona) mientras estuvo retenido en un hospital, donde fue atendido de su lesión en una rodilla y el efecto de gas lacrimógeno que le explotara en un hombro. Se dice que ministros que le acompañaban (como el del Interior) entraron y salieron del hospital de la policía sin inconvenientes, señaló CNN, ante el propio ministro del Interior de Correa. El mandatario, que dijo que no habrá “olvido ni perdón” para los policías que atentaron “contra el presidente”, ha pedido tras la revuelta que se respete a la policía en las calles. Ahora se analizan los detalles de este alzamiento y posibilidades de hubiera sido apoyado por políticos opositores. Veremos los resultados, en las tres breves noticias.
Rubén Loza Aguerrebere