Juan Junquera, director general de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información del Ministerio de Industria, prometió ayer la elaboración de un Plan de Contenidos Digitales ante Asimelec, la asociación de las industrias de las tecnologías de la información, que lleva desde mayo pasado reivindicando la necesidad de ese plan. Un plan que debe ir más allá de las subvenciones para crear el nuevo sistema operativo de la sociedad de la información con más oferta y ventajas para los ciudadanos.
Asimelec reclama un plan para la industria. Sus ejes son consolidar los contenidos digitales en todas las lenguas oficiales, la innovación, el apoyo a los proyectos emprendedores, la formación y transferencia de tecnología, el desarrollo de nuevos soportes y la defensa de la propiedad intelectual.
Un plan necesario. Pero también un plan que debe ir más allá de la subvención de proyectos concretos, la estrategia principal desarrollada hasta ahora por el Plan Avanza, criticado a menudo por su fragmentación y porque el aumento de inversión pública no ha conseguido estimular lo suficiente la I+D+i privada.
La industria reclama formación, reciclaje de profesionales e incorporación de nuevos perfiles; educación sobre la sociedad de la información; internacionalización con promoción de empresas españolas en el exterior y coordinación entre administraciones; más I+D+i, un plan renove digital; subvenciones para la digitalización de pymes; un plan de empleo de calidad con reducción de la precariedad y control de las condiciones laborales; un plan de propiedad intelectual respetuoso con los derechos de los internautas; garantías para la privacidad; estándares digitales para los contenidos y la industria; digitalización de fondos públicos y coordinación y evaluación de las medidas.
Es un reclamo para establecer el tejido social, educativo, industrial y legislativo para la sociedad de la información. Y también el reconocimiento del fracaso del sector y de sus instituciones vinculadas (formación, regulación, promoción) para ponerse de acuerdo en un proyecto de país con un nuevo modelo de negocio y ciudadanía para la sociedad de la información. Un consenso y un diseño para reconvertir la vieja industria de los medios y los contenidos hacia nuevos negocios y el desarrollo de nuevas tecnologías y hábitos de consumo digitales.
En el Informe de la Industria de Contenidos Digitales presentado ayer, Asimelec cifra la caída del mercado en 2009 en un del 5,3%, con una facturación de 20.591 millones de euros. Casi el doble que la reducción de un 2,9% del mercado mundial. El diagnóstico es el crecimiento de los nuevos modelos de negocio y la caída de los tradicionales. Crece la publicidad en internet, los modelos freemium –gratis y de pago-, los contenidos en aplicaciones y móviles, asociados a redes sociales y los contenidos bajo demanda (vídeo, cine, etc.).
En esos nuevos negocios la industria española va por detrás del ritmo de desarrollo de los países más avanzados, preocupada por estirar el negocio tradicional. Algunos ejemplos son el desarrollo de nuevos contenidos y modelos de pago en la prensa digital, el lento desarrollo de los ebook (libros digitales), la escasa oferta de música y cine bajo demanda o el despliegue de una TDT con pocos contenidos de calidad y repitiendo un modelo de televisión abierta de bajo coste y menos calidad.
El plan de contenidos digitales debería ser una reflexión de la propia industria y un encuentro con los innovadores y emprendedores, a menudo pequeñas empresas que impulsan los nuevos modelos y contenidos. Frente a las guerras de la propiedad intelectual y la batalla por las subvenciones abiertas los últimos años, gobierno y administraciones harían bien en impulsar con más decisión los contenidos y servicios que son de todos, los de dominio público o financiados con los impuestos de los ciudadanos, promover acuerdos sobre estándares y formatos comunes, ampliar los derechos de los consumidores digitales, convertir el acceso a internet de banda ancha en un nuevo derecho constitucional y vincular las subvenciones a la innovación y el desarrollo.
Cambiar el modelo del estado subvencionador para convertir al gobierno en promotor de una plataforma pública y abierta donde los intereses de la industria y las necesidades y derechos de los ciudadanos encuentren el mejor tejido tecnológico, de infraestructuras y regulatorio para ampliar la oferta de calidad y la innovación.
Juan Varela