sábado, septiembre 21, 2024
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Rubalcaba: Más que un vicepresidente

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Alfredo Pérez Rubalcaba es, desde hoy, el hombre fuerte del Gobierno. Lo es políticamente y lo es, también, como comunicador y estratega. Reúne el nuevo Vicepresidente Primero las tres condiciones esenciales de la política: ser capaz de entenderla, planificar estrategias y saber contarlas. Lo que no se cuenta en política no sucede. Pero es peor no tener política que contar y, peor aún, no saber cómo, cuándo y dónde contarla correctamente. Si no me creen, piensen en la deriva de los últimos meses que condenaba a este Gobierno a un desenlace fatal, arrastrado por la voracidad de una insatisfacción social en ascenso.

Durante unos días, Rubalcaba será elogiado y en los siguientes, sufrirá la persecución y el insulto del resentimiento más chusco de una derecha que no perdona su inteligencia y su fina habilidad para cumplir sus propósitos. El viaje de las primarias podía haberle conducido a una vía muerta. Pero no ha sucedido. De esa circunstancia en su impecable trayectoria de gestión se hacen conscientes quienes lo han visto perder; si hubiera ganado elogiarían el proceso con tremendismo afectado. Ni lo uno, ni lo otro. También jugó las cartas de Bono en el congreso del cambio y con la derrota a sus espaldas se sobrepuso y dio forma al éxito electoral de Zapatero.

Ha sido el mejor portavoz parlamentario que ha tenido el PSOE en su historia. Basta recordar algunas de sus intervenciones cuando la presión venía por la deslegitimación pretendida del resultado electoral del 14-M. Y, desde luego, como responsable de la lucha antiterrorista ha dado muestras de una ejemplaridad al servicio de los españoles y de su seguridad absolutamente encomiable.

Se puede discrepar de él y con él, no tengan duda. Pero su excepcional currículo resiste cualquier prueba, más allá de este o aquel desacierto.

No soy, ni pretendo ser, un hagiógrafo de cámara. Eso se lo quedan los arribistas que rodean siempre al triunfador. Pero sé a ciencia cierta que los escozores en el PP se convertirán en una comezón propia de la tiña.

Hay partido. El PSOE reorientado con presencias como la de Ramón Jáuregui, Valeriano Gómez y el ascenso de Trini en su terreno natural, puede enfocar el camino, corregir la deriva y poner en su sitio al aspirante. De nuevo en la oposición.

Rafael García Rico

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