En palabras de Obama, lo que es verdad para Egipto tiene que serlo para Irán. Y el ejemplo que ha cundido en Túnez, Libia, Argelia y Marruecos, se ha trasladado con la misma lógica de la Plaza Tahrir hasta la Piazza del Popolo de Roma. Entre los dos hitos, 48 horas de diferencia, del 11 al 13 de febrero. El foco internacional ha sido ágil en apuntar dónde se tambalean los gobiernos; el millón de mujeres en Italia y otras ciudades del mundo que salieron bajo el lema “Si no ahora, ¿cuándo?”, podría ser el golpe definitivo al desastre político italiano con una secuencia histórica: Ben Alí, Mubarak, Berlusconi. De Oriente Medio a Europa, el movimiento de revueltas de este 2011 no responde tanto a continentes sino a regímenes y situaciones insostenibles.
La mejor foto de Italia es la movilización de las mujeres. Roma cubierta de bufandas blancas y una letra. D de Dignidad. Ruido de cacerolas. Lluvia de condones. Lemas en contra del país burdel levantado por el primer ministro Berlusconi. A esa imagen sigue otra mejor; el reparto aleatorio de los casos recayó en tres magistradas que le juzgarán en el Palacio de Justicia de Milán por prostitución de menores, el delito más grave de un político en activo. Si nada lo impide, el primer ministro se sentará el próximo 6 de abril en el banquillo. Ante la evidencia de un proceso anunciado, la noticia son las tres juezas y la alegría de miles de italianas.
Sobre la mesa tienen la investigación del caso Ruby. La joven marroquí que participó en fiestas de Il Cavaliere cuando era menor, el eje de un sumario repleto de pinchazos telefónicos; decenas de llamadas entre ellos; la reconstrucción de orgías en Arcore donde las adolescentes desfilaban por su cuarto disfrazadas de enfermeras, colegialas, deportistas; los pagos y regalos a cambio de tocarlas. Si cae, no será sólo por Ruby. Hace mucho que los recreos sexuales de Berlusconi son de dominio público y le done menores han sido varias; Nadia Macri contó cómo gritaba en medio de su harén: ¡Que pase la siguiente!; Noemi Leticia, también menor, acabó con su matrimonio. Su argumento ante el delito: es mejor ser apasionado que gay.
¿Podría volver a librarse? Sus abogados intentan una maniobra de última hora, buscar un conflicto de forma para evitar el banquillo. La clave está en el abuso de poder. Si llamó a la jefatura de policía para sacar a Ruby de comisaría, detenida por robo, abusando de sus funciones como presidente, le juzgaría el tribunal de los ministros, con capacidad para frenar la causa. Si como cree la juez, Berlusconi tira de influencia y no de funciones – la policía depende de Interior, no Presidencia -, le compete al Tribunal de Milán, donde se queda sólo ante la ley.
El futuro político en Italia tendrá que pasar por una revisión profunda de la oposición. La opinión pública coincide en una frase; somos el hazmerreír del mundo. Sin embargo, ni el Partido Democrático tiene fuerza y cohesión para imponerse, ni la convocatoria de elecciones anticipadas garantiza el éxito de la oposición. Berlusconi forzará quedarse hasta 2013. No estoy preocupado, no voy a dimitir, ha dicho ya. Y aunque lo hiciera, hundido en las encuestas, con la peor nota en valoración política de Italia, de los 13 millones que le votaron en las últimas elecciones, podría mantener parte del treinta por ciento en intención de voto.
Pase lo que pase en el tribunal de Milán, la mitad de la población, insultada por su máximo dirigente, ya le ha juzgado. Las movilizaciones seguirán este mes, este año, esta legislatura. Berlusconi ha perdido. Queda la cuenta atrás con el contador en marcha en 2011, un año empeñado en demostrar que no está el mundo para transiciones o derrotas tranquilas.
Pilar Velasco