Es curioso y llamativo que cuando tres instituciones se unen sea para gastar a costa de los ciudadanos. Y no deja de ser llamativo que las instituciones que lo han hecho sean de distinto signo por que, descontando al gobierno central, y aunque el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad pertenezcan al PP, la ideología de sus gestores es bien diferente y distante. De hecho entre las tres instituciones se airean a diario recurrentes polémicas relativas a inversiones no necesarias, otras necesarias pero no ejecutadas, facturas impagadas y gastos suntuosos.
Estos días el gobierno nos ha metido de lleno en el debate sobre el ahorro energético y, en consecuencia, ahorro en el gasto. Lo peor para los ciudadanos es que esa carrera por reducir el gasto público ha ido en paralelo a los recortes sociales, a pesar de que era uno de los pilares de la gestión del gobierno de Zapatero.
Si miramos el Ayuntamiento de Madrid, vemos una institución paralizada por las deudas, 7.200 millones de euros, que impiden estar al día en el pago a los trabajadores de las empresas de servicios; sin recursos para atender la limpieza y mantenimiento en los distritos que no sean del centro de la capital y con cada día más barrios a oscuras, no se sabe si por avería eléctrica o por “ahorro”.
Lo de la Comunidad de Madrid es también para “echarlos de comer aparte”. Una sanidad destrozada y en la UVI, la enseñanza pública mutilada por los progresivos recortes en beneficio de la privada y una ley de dependencia sin aplicar, además de por llevarle la contraria a Zapatero, porque no hay fondos.
Son solo algunos ejemplos del descontrol, recortes y mala gestión de nuestros dirigentes, incapaces de llegar a acuerdos de contenido y empeñados en no poner límites a su ineptitud.
Con todas estas premisas, el pasado lunes sí se pusieron de acuerdo en algo: subvencionar a una empresa privada y rica, con más de tres millones de euros para que sea “embajador” del turismo patrio. Nadie discute que con la situación que viven los países del norte de África, España puede ser la gran beneficiada y, por tanto, debe aprovechar el momento para mejorar nuestra maltrecha economía y captar visitantes allá donde sea posible. Incluso, tampoco es criticable que las instituciones intenten aprovecharse del tirón mediático que ejerce el Real Madrid en muchas partes del mundo. Pero es discutible que en una situación de grandes recortes sociales, el Gobierno – a través de TurEspaña-, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid se gasten 3,3 millones de euros, que pagarán a partes iguales, para subvencionar al Real Madrid y solo al Madrid.
¿Y por qué no al Atlético de Madrid, al Barcelona o al Valencia?
En eso hay que aplaudir a Florentino Pérez, presidente de una empresa saneada, que ha sido capaz de sacarles los dineros a tres instituciones en bancarrota. Y no solamente les ha sacado los cuartos, también los colores.
Editorial Estrella