Una cuestión lateral de la que se ha hablado poco. La decisión del Gobierno de reducir temporalmente la velocidad en las autovías y autopistas costará dinero al Estado. De hecho, en el IDAE –el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía, los técnicos que diseñaron la propuesta– pensaban que el Ministerio de Economía y Hacienda vetaría la propuesta por su coste. No es menor. Si se cumplen las previsiones del Gobierno y los 110 km/h ahorran un 3% del gasto en petróleo, 1.400 millones de euros, el Estado dejará de ingresar una cifra equivalente: alrededor de 1.400 millones más.
Las cuentas son las siguientes. Los 1.400 millones de euros que, según el Gobierno, se van a ahorrar con los 110 km/h son en petróleo, no en gasolina o gasoil. Es decir, esos 1.400 millones de petróleo después aumentan ligeramente su valor, con el proceso de refinado; y más tarde hay que sumar los impuestos (aproximadamente la mitad de lo que los consumidores finalmente pagan por cada litro de combustible son impuestos). Así que el ahorro para los consumidores suma en total unos 3.000 millones de euros de los cuales el Estado aporta casi la mitad.
La razón por la que Hacienda ha permitido la medida es que la subida en el precio de los carburantes ha aumentado la recaudación por estos impuestos. Así que ese descenso en el gasto de combustible no se notará en los Presupuestos Generales del Estado, ya que estará compensado por el inesperado aumento del petróleo, tras las revueltas en el mundo árabe.
El dato, eso sí, anula una teoría muy escuchada: que el Gobierno ha bajado la velocidad para recaudar más en multas. Las cuentas no salen. La DGT recauda poco más de 400 millones de euros al año. Así que para que saliesen rentables los 1.400 millones (aproximadamente) que costará a la Administración los 110 km/h, las multas se tendrían que cuadruplicar.
Ignacio Escolar