Eduardo Inda había crecido demasiado. La dirección absoluta del diario Marca y efectiva de Radio Marca y de Marca TV le había hecho muy importante en el Grupo Unidad Editorial. Y el problema, era que el propio Inda no lo disimilaba. Hecho a la imagen de Pedro J. Ramírez, se comportaba como él. No se cortaba para nada y, desde hace tiempo, andaba crecidito, algo perdonavidas y, especialmente, prepotente. (Los directores de los medios deberían tener, obligatoriamente, junto a ellos a alguien que les recordase que son mortales, como a los generales romanos victoriosos).
Pero todavía no hay nadie más rápido que Pedro Jota al oeste de la Avenida de San Luís y el que quiera comprobarlo ya sabe a qué se arriesga. Eduardo Inda lo intentó y ya sabe su destino: muerte súbita en una TV castigada duramente por su propia arrogancia. Pedro J. Ramírez ha movido ficha y a Inda lo han “ascendido” a la dirección de Veo7.
Y levantar Veo7 va a ser muy complicado porque no se sabe qué se quiere hacer con ella.
En cualquier caso, se prevé una lucha fantástica entre un Inda que sube y un Ramírez que baja.
Mala es la cuña de la misma madera.
Pinocchio