sábado, enero 11, 2025
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Como un niño

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Por lo menos así me siento. El espejo cada día me dice lo contrario: que estoy envejeciendo, pero lo que vale es el cerebro y los sentimientos.

Yo ahora me siento un niño del Siglo XXI, por lo cual, como muchos otros, mis padres se llevan estupendamente bien pero viven separados.

Mi papá vive en USA, es afroamericano que quiere decir que es de la raza del Rey Mago Baltasar, aunque éste, según he leído era afroasiático. Este último asunto me tiene algo perplejo, pero tampoco me perturba mucho. Papá se ocupa de que en casa no falte de nada, tengamos juguetes y vivamos más o menos seguros. También de las cosas representativas de la familia. Es hiperactivo, buena persona, algo ingenuo y tal vez nos puede meter en algún lío. Espero que no se le ocurra. Se llama Barack.

Mi mamá Ángela vive en Alemania. Es más rígida. Se ocupa de las cosas de la casa, de las facturas y las cuentas. Nos dice que trabajemos mucho y que estudiemos alemán por si tenemos que ir a vivir con ella. Cuando viene mete unas broncas impresionantes a todo el servicio que la temen un montón.

A las órdenes de mis papás está un director que se llama José Luis y que, como los directores de los colegios mayores y muchos curas que han dejado de serlo, era un “idealista”. Resulta que ahora ya no lo es. Él se las da de importante, pero la verdad es que solo hace lo que papá y mamá le dicen. Lo de los ideales parece que ya los ha olvidado.

Debajo de él tiene un equipo de gente que nos atosiga demasiado: no nos dejan correr, fumar ni muchas cosas. Además se pasan el día vigilando nuestros ordenadores por si pirateamos: un rollo. No los conozco a todos, pues algunos ni aparecen.

Nuestra vida social se ha reducido un montón, pues últimamente no nos visita Tío Nicolás y Tía Carla que son muy divertidos. La verdad es que ya no viene ni Tío Cameron. El Papa vino pero fue como la visita de un médico. Se fue enseguida.

Lo de la tele ya casi no la veo. Está pasada de moda desde que la lleva Tío Silvio. Siempre están enfadándose y gritando sobre cosas que no me interesan y con una gente muy rara. Además tratan unos asuntos que creo que no son buenos para niños tan inocentes como yo. Veo los deportes y punto.

Bueno, pues nada más por hoy. Os seguiré escribiendo otro día ya que ahora me voy a jugar un partido de petanca contra el equipo de los prejubilados alevines. No juegan muy bien todavía, pero están en buena forma.

Adiós.

Paco Fochs

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