domingo, septiembre 22, 2024
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Gracias, Trichet

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El tipo que decide el precio del dinero en Europa, Jean Claude Trichet, nos da otro nuevo disgusto. El presidente de ese Banco Central Europeo al que bien se le podría llamar Bundesbank 2 anunció que no sólo sube los tipos de interés un 0,25% sino que en los próximos meses seguirán las subidas. Los expertos en trichetlogía ya auguran al menos otro medio punto más de subida a lo largo del año, hasta el 1,75% (hasta el momento, el tipo de interés estaba al 1%). Traducido al común de la calle en España, esto significa que subirá el Euribor (ya está en máximos de los últimos dos años) y con él la hipoteca, que se reducirá el consumo que se encarecerán aún más los créditos y que tardaremos todavía más en dejar atrás la crisis. Como ven, son todo buenas nuevas.

La decisión de Trichet es muy cuestionable, y no sólo si se mira desde el punto de vista de España. Se supone que será buena para Alemania y para Francia, que ya han salido de la crisis y crecen a ritmos del 3%. En ambos países preocupa la inflación, especialmente en Alemania. El país que marca el ritmo económico de Europa cerró 2010 con un 2% de inflación, que no es que sea gran cosa pero allí es récord. En un país que aún recuerda los tiempos en los que los billetes llenos de ceros se imprimían por una sola cara, es un dato que aterra.

Sin embargo, esta subida de la inflación no está basada en una mayor demanda. No sube el precio de las cosas porque la gente esté consumiendo como una loca –al contrario, el consumo aun no se mueve gran cosa–, sino porque el precio del petróleo se ha disparado: no es una inflación de demanda sino una inflación de costos. De hecho, uno de los principales problemas económicos sigue siendo ése: que el consumo está parado, que la gente ahorra y pospone decisiones de compras por miedo a la crisis. Por esa razón, no está claro que la decisión de Trichet vaya siquiera a conseguir su objetivo –reducir la inflación-, porque la demanda de petróleo apenas se mueve a pesar de las subidas del precio (pocos dejan de coger el coche por el aumento en la gasolina). Puede ser un remedio peor que la enfermedad, que incluso sea perjudicial para la propia Alemania.

La crítica a Trichet no es, de hecho, una cosa minoritaria. Al contrario: es su política la que va contracorriente. Tanto la Reserva Federal de EEUU como el Banco de Inglaterra están apostando por una política de tipos bajos –aunque haya inflación– para asegurar que la recuperación económica no se bloquea.

Pero si la decisión de Trichet es cuestionable en el corazón de Europa, para la periferia es directamente desastrosa. Especialmente para España, que es de los países que más lentos van en la recuperación. Los tipos de interés son la mayor herramienta económica para salir de una crisis: es el acelerador de la economía, lo que regula la gasolina que entra en el motor. Y Trichet ha decidido frenar –para no recalentar el motor– cuando en España aún estamos parados.

Ignacio Escolar

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