Tu voto no cuenta; tu tuiteo, sí. La democracia se vive en tiempo real, directa, sin filtros ni más reglas que la opinión a golpe de teclado. 140 caracteres para controlar al poder. Política instantánea desde el móvil y el ordenador. Los viejos poderes –partidos, políticos, medios de comunicación- han sufrido la semana pasada el control ciudadano desde los nuevos espacios públicos creados por las herramientas digitales. Ahora están obligados a estar atentos. La partitocracia y los poderes oyen la voz ciudadana con tanta inmediatez y fuerza que resulta difícil no hacer caso. La política está en las redes, y con ella crece el poder de una pequeña élite digital con influencia en el resto de los usuarios.
Una invasión de protestas inundó la presentación de la campaña electoral del PSOE en las redes sociales, su etiqueta #psoered se convirtió en grito contra el gobierno. Los eurodiputados comodones sufrieron las iras y el repudio de los ciudadanos al negarse a viajar en turista en los incómodos aviones sufridos por la mayoría, #eurodiputadoscaraduras fue su condena en Twitter. Pedro J. Ramírez, el poderoso director de El Mundo ante el que muchos se arrugan, tuvo que disculparse por una columna de Salvador Sostres en la que se justificaba la violencia machista. Con #manivictimas los objetivos de algunas asociaciones de víctimas del terrorismo se debatieron durante su manifestación del sábado con quienes reprochan sus acusaciones al gobierno. Y el domingo Twitter reunió apoyos a la consulta independentista de #bcndecideix.
Es la democracia del trending topic, como se denominan las etiquetas más utilizadas en la red social, usadas para agrupar los tuiteos sobre un mismo tema. Meter un término entre los diez más populares amplifica su difusión e influencia. Lograr ese objetivo es la obsesión de todo ciberactivista con causa.
“Cuando cambiamos la forma en la que nos comunicamos, cambia la sociedad”, dice Clay Shirky en su libro Here Comes Everybody (2008). Empieza a ser verdad. Con la expansión de las redes sociales e internet en los móviles, el activismo social y político es más fácil. Ya lo anunció Howard Rheingold, el profeta de las multitudes inteligentes: cuando la gente usa la tecnología para conectarse en tiempo real, su poder se multiplica. En los medios y la democracia tradicional el poder se concentra en los que mandan, en la ciberdemocracia todos podemos ser líderes: diseña un buen trending topic y lo convertirás en un movimiento.
Los internautas han practicado a fondo. La larga protesta contra la ley Sinde demostró las posibilidades de las redes sociales. El crecimiento de usuarios, la popularización de internet en los móviles, la incorporación de políticos apurados por la campaña electoral y de directores de diarios convencidos de la necesidad de ampliar su poder editorial muestra que la conversación de la red se oye cada vez más.
Los ciudadanos buscan espacios y herramientas para ser escuchados frente a un sistema político sordo y lento en su cadencia electoral. Demandan democracia instantánea y accesible, como el consumo digital. Sólo falta que la noticia deje de ser el uso de las herramientas en lugar de los contenidos, la influencia y representación de sus seguidores para medir el auténtico valor político del trending topic.
Juan Varela