El panorama preelectoral no puede ser más desalentador. No se atisba una idea sugerente, el debate sobre terrorismo no puede ser más ramplón y estéril aunque no exento de riesgo, se ha oscurecido el talento para hacer valer una dialéctica menos vulgar y ahí están nuestros políticos, olvidados ellos del país en el que viven y de las preocupaciones de sus ciudadanos, que ahora que han dejado atrás estas lluviosas jornadas de vacaciones, se enfrentan, nos enfrentamos, a la realidad que hoy no es mejor que la de hace un mes.
De todo lo que nos ofrece el panorama preelectoral nada resulta más desalentador que ver como unos mismos jueces dicen una cosa y la contraria en cuestión de días, y comprobar como a partir de este grueso error que ha dejado al etarra Troitiño en libertad, se pone encima de la mesa el debate sobre terrorismo, el único que nunca debería estar en la palestra pública. Es un debate que incomoda al Gobierno pero que perjudica más al PP. Denunciado el hecho, lo inteligente es dejarlo ahí y lo responsable, dirimir las dudas y las sospechas en privado. Renovar la lealtad entre ambos partidos para que la lucha a favor de la libertad se convierta en el confortable rincón de la certeza.
Lo que no puede ser es afirmar, sin ofrecer datos concluyentes, que el Gobierno está en pleno proceso con ETA, sabiendo que este tipo de afirmaciones inquietan a muchos ciudadanos. Además, este discurso que es el de Jaime Mayor Oreja no es el de la dirección nacional del PP y es un discurso que pone las cosas más difíciles al vasco Antonio Basagoiti. No puede ser que Trillo hable con Rubalcaba y es como si no hablaran porque sus respectivos partidos no pierden oportunidad para mantener abierto el más desalentador de todos los debates posibles. No puede ser que ni siquiera se sugiera que el PP está incómodo ante un eventual final (¿?) del terrorismo. No puede ser.
Tanto socialistas como populares sostienen que este debate, el del terrorismo, se va a cerrar en breve porque en campaña —dicen unos y otros— se van a ocupar de los asuntos por los que los candidatos van a ser juzgados por los ciudadanos. Si este propósito es cierto más vale que lo pongan en práctica cuanto antes porque si Troitiño y Bildu van a ser los “artistas invitados” muchos pediremos ver el lamentable espectáculo desde la última fila para que no se nos note la rabia ante tanta palabra vacía.
Charo Zarzalejos