Bienvenidos a los tiempos del oportunismo, a los días en los que los partidos políticos nos envuelven con promesas variopintas, a las semanas en las que los candidatos descubren a los parados, a los dependientes, a los jóvenes, a los ancianos, a los emprendedores. Bienvenidos a los días en los que los ciudadanos nos hacemos visibles y nos convertimos en destinatarios de compromisos que bien podrían haberse asumido y cumplido antes, mucho antes.
El último de estos ejercicios lo hemos vivido en Madrid. El PP convierte en promesa con forma de titular una medida que ocupa el último párrafo del último folio de su programa electoral: la dación en pago, la promoción de contratos hipotecarios que incluyan como única garantía de pago la vivienda hipotecada. En definitiva, la promesa de impulsar una opción, que ya existe pero que ningún banco aplica, y que no es otra que la de recoger en el contrato entre hipotecado y financiador que en caso de problemas la devolución de la vivienda sea suficiente para saldar la deuda pendiente.
¿Por qué ahora? ¿Por qué el PP de Madrid ha esperado estos últimos años, los más duros de la crisis, para impulsar esta medida? ¿No era acaso tan necesaria hace un mes, hace seis, hace un año como lo es a partir de ahora? ¿Por qué el PP de Madrid apuesta por una fórmula a la que se opuso el PP nacional en el Congreso?
Segundo ejemplo. También en clave madrileña. El mismo partido que gobierna promete para la nueva legislatura un nuevo abono transporte para las personas con incapacidad permanente a un precio reducido. ¿Por qué ahora? ¿Acaso esas mismas personas no tenían la misma incapacidad hace un mes, hace seis, hace un año? ¿Por qué esperar tanto tiempo para hacer lo que, aparentemente, ahora es justo y necesario?
Y podría seguir desgranando este catálogo de oportunismos que no son exclusivos de un partido político sino comunes a todos aquellos que tienen el poder. Hoy, en estos días de campaña, quien gobierna promete viviendas en alquiler para los jóvenes, ayudas sociales para los parados, apoyo a los dependientes, asistencia a los ancianos, rebajas fiscales, prometen hoy lo que, sin duda, habrían podido materializar durante los últimos cuatro años.
Pedro Blanco