Asistimos en estos días al segundo rescate de Grecia cuyos problemas se están agudizando de tal manera que se ha llegado, incluso a oír hablar de la posibilidad de la reintroducción del Dracma. También, prácticamente unido en el tiempo, vamos a ver el cierre del rescate portugués por parte de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional. Y por otro lado Irlanda está buscando la forma de minorar el tipo de interés fijado en su rescate, observando de cerca las condiciones que se vayan a fijar para Grecia.
Vista la situación en que nos movemos, llama la atención que el primer país rescatado en la zona Euro, aproximadamente un año después, vuelva a tener serios problemas. Creo que la pregunta que surge es ¿el resto de los países rescatados también lo van a padecer?
Parece que la respuesta es que no va a ser sólo un problema griego porque los rescates llevan implícito una caída importante de las economías en términos de P.I.B. y, por ende, de los ingresos públicos. Si ya antes del rescate no podían hacer frente a sus compromisos, ahora con una situación económica peor, parece difícil que puedan hacerlo. Todo indica que, más tarde o más temprano, tendrán que proponer un alargamiento de los plazos de devolución y una minoración en los tipos de interés o bien la solución extrema de una quita. No parece que vayan a existir muchas más soluciones.
Creo que casi todos nos preguntamos ¿qué ha sucedido para llegar a esta situación? A mi modo de ver, la respuesta es que el Euro fue establecido entre iguales que no son iguales y además, el marco que se fijó para conseguir su estabilidad, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, no sólo no se cumplió casi desde el principio, sino que tampoco era el adecuado para solucionar problemas como el que estamos viviendo en estos momentos.
Y no se cumplió en 2003, cuando Francia y Alemania tuvieron problemas con su déficit y no sucedió absolutamente nada. Y ahora, cuando ha sido incumplido, por los digamos, menos importantes, tampoco ha tenido consecuencias inmediatas y la situación se ha ido deteriorando hasta llegar a la total extenuación que viene a ser el rescate. Se ha actuado tarde y mal y eso está haciendo que la opinión pública finlandesa, alemana o austriaca se posicione en contra de los rescates y que los países rescatados estén cerca del colapso.
Y no era adecuado porque lo que se necesitaba era una mayor integración con cesión de soberanía de los países que pasaban a formar parte de la zona del Euro para que se llegase una cesión de la política fiscal nacional de tal forma que los presupuestos públicos, los gastos públicos y los impuestos fuesen fijados por una autoridad supranacional que pudiese imponer sus criterios y tuviese un poder de acción inmediata.
Pero mientras llega o no llega esa situación de cesión de soberanía lo que tenemos los europeos seguro, ahora mismo, es el drama que estamos viviendo y los griegos, además del drama, quién sabe si quizás también el Dracma.
José Luis Martín Miralles