El País da la bienvenida a Arianna Huffington a su consejo de administración. La reina del star system 2.0 y del periodismo cuantitativo, basado en la agregación de contenidos, el SEO para estar primero en los buscadores, la viralidad en redes sociales y los blogueros famosos se incorpora al diario que siempre ha presumido de periódico de calidad y referencia. “Ayudará a potenciar la transformación digital y a aumentar el peso internacional”, argumenta Juan Luis Cebrián. Toda una sorpresa.
Comandante blog o reina de la blogosfera son algunos calificativos que el diario de Prisa le ha dedicado a la fundadora de The Huffington Post. Un medio con el tirón de las firmas de los amigos famosos de la esposa de un millonario republicano que cimentó su poder en las tertulias de la televisión y los salones de la mediocracia y la política. Se enfrentó a Arnold Schwarzenegger como candidata independiente en California en 2003: “El híbrido contra el Hummer” (el enorme todoterreno norteamericano), como ella misma se definió. Y con un voleo de alta costura pasó de ferviente republicana a estrella progresista.
En 2005 lanzó The Huffington Post como medio híbrido: lo mejor de la prensa tradicional y la web. En opinión de Bill Keller, director de The New York Times, el ejemplo de la “American Idol-ización de la información”. La telerrealidad convertida en medio informativo. Una amalgama donde la reina de la agregación revienta Google con titulares pensados para los buscadores, blogueros que escriben gratis, comentarios y enlaces sobre información de otros, y un gran manejo de esa información vivida como reality para aprovechar la viralidad de las redes sociales.
La compra del HuffPost por AOL intenta crear el mayor grupo de contenidos nativos para internet de Estados Unidos con una científica obsesión por la cantidad, de contenido y de usuarios. La estrategia recuerda el sueño multiplicador de las finanzas cuantitivas (quants en el argot de los mercados), responsables en gran parte de la crisis que ahora pagamos.
¿Ocurrirá lo mismo con el periodismo?
Mucho lo temen, pero Cebrián lo tiene claro. Hace pocos días decía en una reunión de ejecutivos periodísticos que “la innovación disruptiva se lleva mal con los medios tradicionales”. Antes ya había dicho que si El País volviese a nacer lo haría en internet. Para Cebrián no hay migración posible de los medios tradicionales a la red y defiende la creación de otros adaptados al nuevo ecosistema. En línea de la defensa de la propia Arianna contra el libelo de Keller, al que recuerda su periodismo original, alimentado por los rendimientos logrados con la información de otros.
Hace menos de diez años, Leonard Downie y Robert G. Glaser, dos editores de The Washington Post publicaron un libro titulado Las noticias sobre las noticias. Reivindicaban el viejo modelo de la información de calidad y los diarios de referencia. Denunciaban varias tendencias que estaban demoliendo ese modelo y adelantaban un patrón perfecto para The Huffington Post: la ascensión del estilo tabloide para la información, el crecimiento del periodismo sobre famosos realizado por reporteros convertidos a su vez en famosos, la sustitución de la información por la opinión, las noticias como entretenimiento y la búsqueda de beneficios a costa del servicio cívico.
El País puede aprender mucho de Arianna. Pero quizá a algunos de sus periodistas y lectores el periodismo cuantitativo les inquiete tanto como a los que pagan las deudas de los bancos y las grandes finanzas los cálculos de los quants.
Juan Varela