Lo vi venir. Vi venir, hace unos días, el problema. Y lo escribí en esta misma columna para el que lo quiera releer, aunque algún lector no lo entendiera y me acusase de frívolo porque lo redacté mostrando una cierta ironía. Pero mi intención era bien distinta. En cualquier caso, hoy, evitando eufemismos y parodias, voy a repetirlo más claramente aún: lo del pepino en Europa es algo mucho más serio de lo que parece y nos está haciendo la pascua porque nos está costando 20 millones de euros diarios y eso son muchos puestos de trabajo.
Pero la culpa no es del pepino ni de sus productores. Nunca lo fue. La culpa de que todo se haya desparramado la tiene el Gobierno. O mejor, el Presidente Zapatero que, perdido entre la conspiración y las traiciones, hace meses que no gobierna y su ministra del ramo que, distraída con la posibilidad de ser la candidata del PSOE a la Presidencia de la Junta de Andalucía, no supo reaccionar a tiempo. Y, ante semejante panorama, en Europa han vuelto a ganarnos por la mano y nos tiene contra las cuerdas.
Aún recuerdo cuando ZP nos decía que, con su llegada al Gobierno, España había vuelto al corazón de Europa. Malaya la hora. Porque ahora nos las está dando todas en el mismo carrillo.
En Europa nos tienen menos consideración que mis paisanos al cabo de los municipales de mi pueblo. Y esa es la verdadera causa de tanta desdicha como se nos está viniendo encima. No somos nadie en la UE. Nos desprecian. Y ahora le ha tocado al sector agrario.
Ni Alemania ni Austria ni nadie de la Unión Europea hubiera osado hacerle algo así a Francia.
Pinocchio