Hace un par de semanas alguien me habló de las dificultades que estaba teniendo María Dolores de Cospedal a la hora de formar gobierno. Sobre todo –me decían- por el desconocimiento que tiene de los militantes y de los responsables de los diferentes órganos del partido en Castilla-La Mancha salvo, como es lógico, de su núcleo de confianza. No le dí mucho crédito porque quien me decía semejante cosa pertenece al bando perdedor y consideré que, al señalarme que no se fiaba de las capacidades de su gente, trataba de intoxicarme. Mal hecho, porque de haberlo publicado ahora me estaría regodeando en la socorrida expresión: “como ya había adelantado y según mis fuentes…”.
¡Qué le vamos a hacer!
Por eso, en esta ocasión no perderé la oportunidad de contar que en el PP de Castilla-La Mancha ya han comenzado a aparecer voces criticas –muy escondidas, eso sí- contra la gestión que está llevando a cabo la flamante presidenta María Dolores de Cospedal y, más concretamente, por los nombramientos del consejo de gobierno. La “garganta profunda” que me lo cuenta me merece toda la credibilidad porque es del bando ganador.
El primer síntoma de malestar en las filas populares llegó por sendos plantones de la jefa a su grupo parlamentario el día de la constitución de las Cortes Regionales y tras su discurso de investidura. En ambos casos prefirió hacer las celebraciones en Madrid en lugar de con los que van a ser sus compañeros durante cuatro años.
Pero lo que realmente ha caído como un jarro de agua fría es la composición del gobierno. La mitad de los nuevos consejeros llegan de la capital. No hace falta recordar que la trayectoria política de De Cospedal también se ha fraguado en Madrid, Comunidad de la que fue consejera de Esperanza Aguirre. En su papel de titular de Transportes intentó impedir que la factoría de Eurocopter se instalara en Albacete.
El caso es que para este viaje la presidenta no ha encontrado en Castilla-La Mancha políticos de su “nivel” y los ha buscado en su “cantera” natural. Los nuevos consejeros Diego Valle y Marta García de la Calzada, han sido, respectivamente, secretario general del Servicio de Empleo y vicepresidenta del Tribunal de Defensa de la Competencia de la Comunidad de Madrid y se encargarán de las consejerías de Hacienda y Fomento. En este desembarco madrileño, aunque tocando puerto en Guadalajara, también llega José Ignacio Echaniz, exconsejero de Sanidad con Alberto Ruiz-Gallardón.
El desconcierto entre muchos de los diputados populares y numerosos militantes es total y no alcanzan a comprender las razones de semejante desprecio, sobre todo después del innegable y sacrificado trabajo realizado para que la Secretaria General del PP también llegara al Palacio de Fuensalida.
La nueva portavoz del grupo parlamentario popular, Carmen Riolobos, ha tenido que hacer juegos malabares para defender que es el gobierno de “los mejores”. Pues si los mejores los ha tenido que buscar fuera de su región, es un mal mensaje para los militantes y para los ciudadanos que la han elegido.
Mal comienzo.
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Alfonso García