Lo que vaya a ocurrir no lo sabe más que Zapatero que es quien puede adelantar las elecciones o no, pero comparto la impresión de que el Debate sobre el Estado de la Nación que acabó ayer fue el pleno del adiós a la Legislatura de la crisis. No es incompatible con el reiterado anunció de Zapatero de que agotará la Legislatura. Técnicamente, un adelanto de dos o tres meses no se considera adelantar las elecciones, y políticamente hasta el propio Zapatero debe ser consciente de que su segunda legislatura está más que acabada. Agotada y exhausta en realidad. La cosa es que tras el emotivo cruce de despedidas y buenos deseos que cerró la sesión de ayer se daba por hecho que si el Congreso vuelve a abrir sus puertas después del verano será para formalizar la convocatoria de elecciones este otoño pero a nadie extrañaría que no volviera a abrir y decreto de disolución fuera directamente al BOE.
La situación es tan volátil que en una de estas puede llegar «la prima de riesgo» y trastocarlo todo, la sensación de que las próximas elecciones generales quien de verdad las va a convocar es la economía es muy fuerte, que Grecia se ahoga, se nos hunde «la prima», que respira, remontan las bolsas: también las españolas sin que nuestra economía mueva un pelo para bien o para mal, y suba o baje la noria del paro. Como el famoso mayo de hace un año, el de la transfiguración de ZP, cuando le ajustaron las cuentas y amenazaron con devolvernos «al corral» Sarkozy, Merkel y Obama. Pertenecer a un club tiene sus beneficios pero también sus costes, y sus reglas de juego, pero finales de octubre o primeros de noviembre son las fechas electorales que se barajan.
Ninguno de los tres anuncios más o menos concretos que hizo ayer el presidente necesitan mucho tiempo de tramitación si hay voluntad de sacarlos adelante, ampliar la condición de no embargables a las viviendas de quienes cobren menos de 961 euros al mes o 1300 si dos miembros de esa unidad familiar no perciben ningún ingreso, fijarle un techo de gasto a las autonomías para que contribuyan al objetivo nacional de recorte del déficit o abrir una línea de crédito del ICO para que los ayuntamientos morosos puedan pagar sus deudas a las pymes y los autónomos, se puede hacer perfectamente antes de las vacaciones de verano, y la reforma de la negociación colectiva y la de las pensiones también aprovechando que este año los diputados trabajarán hasta agosto en ves de irse en julio. Y no hubo más. Ninguno de los demás anuncios de Zapatero tuvo, en mi opinión, vocación de ley, lo que bien mirado era de esperar pues él va de retirada y quien tendrá que hacer el próximo programa del PSOE será Rubalcaba. A lo que más tiempo dedicó Zapatero fue a defender su herencia de las críticas de Rajoy. También era de esperar, todos sus antecesores lo hicieron, y González y sobre todo Aznar aun están en ello. Es muy humano aunque en mi opinión perfectamente inútil. En la política no es uno mismo sino los demás quienes te tienen que evaluar, y la razón no se tiene: te la tienen que dar.
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Consuelo Sánchez-Vicente