Leyenda urbana del «pop» equiparable a la que atribuía a la portada de «Sargento Pepper’s», de The Beatles, una porción regular de mensajes misteriosos, algunos de ultratumba, es la que aseguraba que «Teddy» Bautista, solista a la sazón de Los Canarios, soltaba en medio de «Get on your knees» (Ponte de rodillas), soberbia canción enteramente en inglés, la insólita frase en español: «Extracto de pollo en lata». ¿Extracto de pollo en lata? ¿Qué ocultaba aquella canción? ¿Qué mensaje cifrado?
Aquella canción que aún hoy, cuarenta años después, deleita como el primer día, puede que no ocultara nada, y que el extracto de pollo en lata no fuera sino producto de una macarrónica pronunciación del inglés, pero su intérprete, aquél «Teddy» Bautista que se olvidó de la música para dedicarse a los negocios de la SGAE, puede que sí oculte algo, o, cuando menos, eso cree la Fiscalía Anticorrupción. Desvío de fondos, apropiación indebida, administración fraudulenta, chanchullos societarios, tales son, al parecer, los delitos que el actual grupo directivo de la SGAE, con «Teddy» a la cabeza, pudiera haber perpetrado, pero a ese misterio que la Audiencia Nacional pretende despejar se añade otro, el del silencio de los autores que, de confirmarse el despojo, habrían sido estafados. Un silencio que, por cierto, contrasta horrores con la locuacidad que han empleado para justificar la despiadada voracidad recaudatoria de la Sociedad, si bien ese silencio se deba a que los estafados no han sido ellos, sino la gente obligada a pagar cánones injustos e impuestos ilegales hasta por silbar «El puente sobre el río Kwai».
La Sociedad General de Autores facturó el año pasado, en concepto de derechos de autor, 365 millones de euros, o, lo que es lo mismo, un millón al día, que no está mal, pero el asunto es que sí está mal, pues según dicta la lógica, la decencia y el Tribunal de Estrasburgo, ninguna entidad privada puede recaudar impuestos, pues tal cosa compete en exclusiva a la Hacienda pública, que es, sin duda, la que debería ocuparse de ello, garantizando los legítimos derechos económicos de la propiedad intelectual. «Extracto de pollo en lata». Hoy es otro, seguramente, el misterio de «Teddy».
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Rafael Torres