Después del debate sobre el estado de la Nación queda una cierta sensación de vacío. ¿Qué más nos pueden decir los dirigentes políticos? Sobre todo ¿qué más nos puede decir el Gobierno? Por eso ahora la atención se está centrando en el candidato socialista, en todo lo que hace dice y, si me apuran, piensa Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero no sólo los socialistas están pendientes de P.Rubalcaba, los populares ya tienen preparada toda su artillería pesada dispuestos a no darle tregua.
Por lo pronto, el candidato ya está lanzado a la carrera presidencial y acaba de decir que sabe qué hacer para crear empleo. La afirmación nos ha dejado a casi todos patidifusos. Si lo sabe ¿por qué no se lo dice al presidente Zapatero? Es más, si lo sabe ¿por qué no lo pone en práctica habida cuenta de que aún es el Vicepresidente del Gobierno? No sé, pero me parece a mí que el candidato socialista se lo ha puesto fácil a sus detractores con la frasecita sobre el empleo. Él, que se las sabe todas en esto de la comunicación, debería de haber previsto cuál iba a ser el titular y sobre todo que la gente se iba a hacer las dos preguntas que he apuntado antes.
En realidad P.Rubalcaba ha dicho mucho más. Ha dicho que como el Gobierno está haciendo bien los deberes nuestro país podrá superar la crisis y crear empleo y que él sabe como hacerlo. Pero ya digo que ha dejado un flanco al descubierto a sus adversarios.
También se ha filtrado desde el entorno del candidato que en esta ocasión en vez de pintar como doberman a la derecha se va a dedicar a ofrecer un programa con soluciones. Por lo pronto no está mal que el candidato haya dejado dicho algo tan obvio como que los bancos también tienen que asumir su cuota de responsabilidad en la crisis que padecemos.
Es evidente que debería de ser así, sólo que el candidato P. Rubalcaba ha apuntado por lo bajo, le quiere endosar la responsabilidad a los directores de las sucursales que daban créditos alegremente a todo aquel que entraba por la puerta del banco.
En realidad, esos directores de sucursales lo único que hacían era aplicar la política que les dictaban sus Consejos de Administración, que es donde se toman las decisiones. Los directores de sucursales no hubiesen dado un euro de más si sus patrones no les hubieran instado a ello. De manera que el candidato socialista debería de pedir responsabilidades en las alturas, es decir a quienes son los presidentes, consejeros delegados y consejeros de los bancos.
No sé si Alfredo Pérez Rubalcaba se atreverá a tanto, pero es ahí donde hay que mirar. Lo que sí parece es que el candidato socialista ha decidido situar su discurso en la izquierda. Todo lo que viene diciendo y sugiriendo tiene el aroma de la izquierda. Su problema es que en estos momentos está bajo mínimos la credibilidad del PSOE ante una parte de la izquierda. Es más, yo diría que incluso producen hastío.
En cualquier caso, va a ser interesante observar a Pérez Rubalcaba reinventarse a si mismo, convertirse en su propio jefe de campaña, afinar los discursos y, sobre todo, ver de qué gente se va a rodear.
Lo que es evidente es que el candidato P.Rubalcaba es mucho candidato y pone nerviosos a las gentes del PP que ven en él a un mago capaz de utilizar artes ocultas para transformar la realidad a su favor.
Yo creo que Rubalcaba, perdón: P.Rubalcaba, tiene talento e inteligencia para ser un duro rival para que Mariano Rajoy no dé la victoria por conseguida, para que recupere a votantes perdidos. Pero aún así también creo que lo tiene difícil porque esa ansia de cambio que recorre a lo largo y ancho de España y que se nota apenas pise uno la calle. La cuestión es si Rubalcaba puede o no convencer a los ciudadanos de que con él se va a producir ese cambio que nos saque del túnel en que estamos inmersos a cuenta de la crisis económica.
Ya digo que va a resultar apasionante observar los pasos, las palabras y la gente de P.Rubalcaba empeñado en el «sprint» más difícil de su carrera política. Eso sí, lo que parece claro es que sea cual sea el resultado de las próximas elecciones generales, P.Rubalcaba no va tirar la toalla. Se ha hecho con el santo y seña del PSOE y se quedará todo el tiempo que quiera, o al menos que pueda.
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Julia Navarro