Cada día que pasa, el famoso caso Gürtel se desinfla más. Lo que se convirtió por mor de Rubalcaba en el mayor escándalo de la democracia, en una especie de Filesa, Malesa, Time Export, el caso del BOE, Ibercorp, el GAL, los Fondos Reservados y todos los escándalos del felipismo juntos, se está quedando en el caso Ful. No hay mes en que el juez Pedreira no archive una causa. La última semana ha archivado las causas de Luís Bárcenas, ex tesorero del PP y de Jesús Merino, ex diputado del PP. Dos cabecillas del caso que habían hecho, con la cooperación necesaria de los medios de la acorazada mediática de Zapatero, todas las barbaridades del mundo en la financiación ilegal del Partido Popular y eran reos que tenían que ser condenados a pena de telediario en una operación política sin precedentes. Se había agotado el Pacto del Tinell y había que acabar con el PP por otras vías.
En otros países de democracias más avanzadas que la nuestra, ahora se exigirían responsabilidades a políticos, policías y jueces que jugaron con la Justicia para sus fines políticos. Pero eso pasa en otras democracias más avanzadas.
Porque el dolor que les han causado ¿quién se lo paga?
Pinocchio