No es posible entender a ETA si, como hacen gran parte de las sociedades española e internacional, se atiende primordialmente a sus medios y no a sus fines.
Matar gente no es el fin de ETA, y pienso que sin duda tampoco es que les apetezca hacerlo. Es un medio, como tantos otros que emplean para lo que de verdad les importa: conseguir un País Vasco independiente y gobernado por ellos, es decir, por una dictadura marxista. Esto es lo que se proponen conseguir, y cualquier medio les vale para obtenerlo. Les da igual matar que bailar el chotis; carecen de escrúpulos, y asesinar, mentir, disimular, amenazar, negociar…, todo les vale. Si considerasen que para lograr su objetivo lo mejor sería vestirse de lagarteranas o freír a Odón Elorza en aceite hirviendo, harían una u otra cosa con igual insensibilidad.
Hasta que comprendamos esto, estaremos lejos de comprender a ETA. Acaban de difundir un Comunicado asegurando que no van a volver a matar. Vamos a decirlo claramente: lo han hecho porque ese es el medio que ahora mismo creen que es el que mejor les puede hoy por hoy conducir a su fin. Volverán a matar en cuanto piensen que vuelve a convenirles.
En el año 2004 ETA estaba contra las cuerdas. Llegó el Presidente Zapatero, y con una falta increíble de comprensión del problema -en lo que le secundó irresponsablemente el PSOE, algo que no debemos olvidar, porque el que hace un cesto hace ciento- abrió las puertas a la negociación con quienes utilizaban el terrorismo como el medio que les parecía mejor para sus objetivos. Y para conseguir que no matasen, a cambio de que renunciasen a un medio, se les ha ido poniendo progresivamente en bandeja el que puedan alcanzar su fin. Que renuncien a ese “medio” es magnífico y tranquilizador, ¿qué duda cabe? Pero tenemos que pensar en qué es lo que queremos nosotros, los demás españoles. ¿Queremos que no haya muertos o que el País Vasco continúe formando parte de España, como la historia y la verdad exigen? Ya sé, queremos las dos cosas. Pero hay que tener muy claro que son incompatibles. Si no se les facilita la independencia, habrá muertos, volverá a haberlos. Lo demás son ilusiones vacías.
Ahora han hecho un Comunicado. Es tan falso como todos lo anteriores; no puede haber sinceridad en quien considera que el fin justifica los medios. Piensan que, hoy por hoy, es esto lo que les conviene. Y tienen razón. Consiguen con ello:
– que el PSOE, aún en el poder, les haga varios favores (acercar y liberar presos, legalizar partidos, traer etarras refugiados en Venezuela o en Cuba, abrirles las puertas de las instituciones, facilitarles el control político futuro del territorio vasco);
– asegurarse la posesión de sus armas, escondidas en zulos que la policía va a dejar de buscar;
– asegurarse asimismo sus refugios y viviendas donde ocultan sus personas y su material, matrículas y pasaportes falsos, documentación, dinero…, ya que también dejará la policía de buscarles;
– que la sociedad española se tranquilice;
– y poner al futuro gobierno del PP en un dilema insalvable: o respeta el camino de ETA hacia el control político de las Vascongadas -que ya el PSOE, con la ayuda del Tribunal Constitucional y la Fiscalía, les ha abierto-, o acusarán a Rajoy de no haber respetado el acuerdo y matarán otra vez, con la esperanza de que la sociedad prefiera cederles todo a cambio de que no muera nadie, dejando entonces al PP a los pies de los caballos.
Si de verdad ETA hubiese querido dejar de matar, simplemente, sin contrapartidas, sin utilizar los asesinatos como un arma en la negociación -que es para lo que los cometieron-, hubiese seguido uno de estos dos caminos.
– Disolverse en silencio.
– Disolverse abiertamente, pidiendo perdón y entregando las armas.
No han seguido ninguna de estas dos únicas vías creíbles y han elegido una nueva trampa: dejaremos de matar porque ya no nos hace falta, porque vosotros nos vais a dejar en condiciones de hacernos con el gobierno vasco y de proclamar la independencia unilateralmente. En el momento en que cambiéis -en que España y su Gobierno cambien- de actitud, nosotros denunciaremos “vuestro incumplimiento” de “nuestro Comunicado” y donde dije digo diré Diego. Y a quien le toque le toque.
Y para esto tenemos que estar preparados. El nuevo Gobierno, por la que le puede venir encima. España, porque ETA, o se acaba con ella por la fuerza -lo cual tiene probablemente un coste de sangre- o no se acaba. Y el País Vasco, porque no se dan cuenta de la que se les avecina: ETA no quiere establecer allí una República democrática, no piensa en contemporizar con la burguesía no revolucionaria, y en una Euskadi independiente, con independencia conseguida por ETA, el PNV y el PSOE tienen los días contados, tanto los Partidos como sus miembros. Las cañas se volverían lanzas contra ellos. Y si no al tiempo, aunque mejor sería que no llegase nunca.
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Alberto de la Hera