Un día sí y otro también estamos asistiendo a una serie de enfrentamientos entre políticos que deja una huella de preocupación entre los ciudadanos normales, que somos la mayoría. No hace mucho que Durán i Lleida dejaba unas declaraciones en el aire con mucha polémica. Conociendo al líder catalán no puedo pensar que ha sido un error. Durán sabe lo que dice y cuando habla lo hace con la mayor precisión. De ahí que sus palabras sobre los andaluces molestaran bastante en ambientes políticos y en los otros, porque a nadie le gusta que le dirijan comentarios como el realizado por D. Josep. Acusaciones dirigidas más a los responsables de la organización de Andalucía que a los ciudadanos en general, pero con la clásica ambigüedad que permite a los políticosde turno aplicar el improperio a la generalidad de los andaluces. Así el reproche y la protesta tiene mayores dimensiones.
Claro que el debate no se quedó en eso. La semana pasada el dirigente socialista, Gregorio Peces Barba, uno de los padres de la Constitución, jurista, catedrático, creador y primer rector de la Universidad Carlos III, se despachó con unas declaraciones en el Congreso Nacional de la abogacía en Cádiz, en las que especuló con la posibilidad de que España hubiese elegido a Portugal en vez de a Cataluña en 1640. Una broma, según Peces Barba, que Artur Mas considera una gran ofensa. El Presidente de la Generalitat consideró que las palabras de Durán son un juego de niños al lado de las expresadas por el catedrático y exigió la retirada del comentario y el arrepentimiento del autor.
Es lo de siempre. Los nacionalistas y los otros. De Andalucía se puede hablar sin grandes riesgos por la ausencia de partidos regionales pero ¡ay de aquel! que acierte con una crítica audaz a los grupos nacionalistas, sobre todo a los que tienen representación en el Congreso de los Diputados. Cualquier comentario es utilizado y extendido a los ciudadanos como si de una plaga se tratase y la maldición caerá sobre él. Pero no es así. Si Durán quiere hablar del PER que hable y diga exactamente lo que hay que hacer con él y deje de apoyar en el Congreso a quienes mantienen un sistema de protección social que le gusta tan poco, pero que deje en paz a los ciudadanos que se tomen la cerveza como quieran y donde quieran porque los andaluces no se meten con nadie. Claro que tampoco los catalanes. Los que no paran de hablar y pedir y exigir y malinterpretar no son la mayoría de los ciudadanos de Barcelona, Tarragona, Lérida o Gerona, son los líderes políticos que buscan el poder que le proporciona el liderazgo en una Comunidad. Perdonen la comparación y salvando las distancias, algunas veces me recuerdan al General Franco cuando cargaba sobre las espaldas de los españoles las críticas y protestas que Europa dirigía exclusivamente a su régimen totalitario.
Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.
Pedro Fernández