Al septenio negro de Zapatero como gobernante, que pasará a la historia como uno de los peores periodos de la Historia de España cuando lo tenía todo para haber sido muy importante, se une ahora la debacle televisiva de su ‘genial’ política mediática.
Para favorecer a sus amigos, el Presidente del Gobierno se inventó, como en tantos otros temas, la necesidad de ampliar la oferta televisiva generalista en España. Él ha sido así durante su mandato. Gobernando a golpe de intuición o de interés. Y como había esa necesidad, creó dos canales de televisión. Uno, Cuatro, para salvar de la ruina a PRISA y otro, La Sexta, para hacer ricos a sus amiguetes.
Pero una cosa fue la buena voluntad de Zapatero y otra el mercado. Y no había mercado para dos televisiones generalistas. Y menos para televisiones progres y “geniales”, absolutamente, minoristas. Y PRISA se arruinó del todo y tuvo que vender Cuatro a Telecinco y La Sexta está al borde de la quiebra con deudas muchimillorias y se ha tenido que entregar a Antena 3 para que la saque del pozo. Tenía que haberlo hecho mucho antes pero los chicos de La Sexta son tan estupendos y tan de izquierdas que querían quedarse con su línea editorial. Los progres son así. Antena 3 pagaba la falla pero ellos seguían de estupendos.
En fin, un desastre.
Lógicamente, con la caída de Zapatero, no tenían otra solución que desaparecer.
Pinocchio