lunes, noviembre 25, 2024
- Publicidad -

Rubalcaba y la política nacional

No te pierdas...

Rubalcaba ha presentado su candidatura en sociedad. Ante militantes fieles y dirigentes críticos con su candidatura, ha desgranado los perfiles de su programa. Cabe destacar de entre todas las cosas dichas, algo en lo que he insistido en varios artículos en la Estrella Digital. Rubalcaba ha apostado por recuperar el carácter nacional del proyecto socialista, algo olvidado en los últimos tiempos según sus palabras. Me parece una propuesta interesante. Creo que el PSOE tiene un compromiso histórico con una España social, no con una España territorial. Para dirigirse con coherencia a todos los españoles, debe haber una voz que unifique el discurso. Si Rubalcaba centra sus esfuerzos en recuperar la tradición vertebradora y de defensa de la cohesión social y territorial, habrá hecho mucho por poner al PSOE en el camino de ser una  alternativa para la mayoría de la sociedad.

No ha cuestionado el “edificio autonómico” del que considera un importante arquitecto al PSOE. Ni tiene por qué hacerse, sería una ingenuidad. Pero es hora de que el universo de las Españas plurales quede reducido a un ejercicio de transferencias autonómicas cerrado en la primera legislatura de ZP.

La función de clase, razón histórica, y la actual de servir de herramienta para todos los españoles es ya, en sí mismo, una conquista que ejemplariza la propuesta de su discurso. No es desdecirse, es avanzar. Y por una senda comprensible para todos. Me pregunto cómo se sienten muchos catalanes afectados por los problemas del desarrollo estatutario y que ahora, mientras todos celebran con entusiasmo su nuevo Estatut, la política antisocial de los colegas convergentes los dejan compuestos y con más autonomía. Pero con menos derechos sociales, hospitales, pensiones, servicios públicos, etc. De traca, la cosa nacionalista, la verdad.

Para gobernar con vocación de servir a todos los españoles es preciso ubicar en la periferia de la política las veleidades nacionalistas, y es muy importante colocar en la centralidad el ejercicio de construcción política que entienda que la territorialidad ni es, ni ha sido, ni puede ser un principio de la izquierda y, en todo caso, un asunto de oportunidad política barrido por las razones de la crisis.

Ha llegado la hora de desterrar del mapa político español la fragmentación que otros tanto aplauden, como si eso fuero moderno o progresista: pues no, ni lo uno ni lo otro. No me molesta el bipartidismo y apuesto por una política bipartidista en la definición de nuestro Estado. Así lo creo, y lo mismo pienso del país, más allá de convencionalismos estéticos que nos obligan a todos a emocionarnos oyendo himnos e izando banderas que quedan bien para armonizar con una visión abierta una realidad que debe ser una. Y no porque haya que caer en el extremo contrario del nacionalismo español, sino porque, tal y como están las cosas, los españoles se merecen políticas y gobiernos que centren sus esfuerzos en el conjunto y no en la suma de las partes. Y para el PSOE, es decir, la izquierda: la cohesión social, la vertebración de los derechos y bienes del estado del bienestar tienen que estar por encima, muy por encima, de asuntos de derecho administrativo que se han colado en el derecho constitucional al amparo de una parte de la Transición que ya está terminada.

En eso Rubalcaba ha acertado plenamente. Aunque no haya ido tan lejos como lo que este artículo defiende.

Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.

Rafael García Rico

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -