El recorte de 200 millones de euros de la subvención que recibe RTVE amenaza la continuidad del actual modelo de televisión publica en orden a la viabilidad empresarial y a la solvencia profesional. A requerimiento de las empresas privadas que operan en el sector -entre otras una que nacía bajo su manto-, Zapatero se pasó de «estupendo» y liquidó la contratación de publicidad. Rajoy ha dado un paso más: optar por la jibarización del medio reduciendo la aportación del Estado. Si no se remedia, es un cambio que puede conducir a TVE a la irrelevancia; a convertirse en un canal testimonial a la manera de la televisión pública norteamericana. Ignoro si quienes han decidido tan drástico recorte han obrado bajo el impulso de la ideología (liberales renuentes ante lo público) o si, por el contrario, el tijeretazo ha sido uno más de la escabechina general decidida en el primer Consejo de Ministros presidido por Mariano Rajoy tras comprobar que el déficit era del 8 y no del 6 por ciento como había dejado en herencia Rodríguez Zapatero.
Quiero creer que ha sido esto último porque, de no ser así, estaríamos ante una decisión que bien por exceso de doctrina (ultraliberal), bien por prejuicios trabados en pretendidos o reales casos de actuación sectaria por parte de los SS.II. de TVE respecto de las posiciones políticas del PP, se diría que alguien se disponen a tomar revancha. O venganza. En cualquiera de los dos casos, el resultado, a mi modo de ver, sería lesivo para los intereses de los espectadores españoles que, año tras año, optan por la televisión pública como medio más fiable para entretenerse y estar informados. A la vista de los modelos de programación que ofrecen algunas de las cadenas privadas (alienante, en más de un caso), estrangular económicamente a TVE sería un inmenso error político.
Salvo excepciones ligadas a acontecimientos concretos: series, películas o retransmisiones deportivas, el grueso de la audiencia opta por la televisión pública porque repudia la telebasura y el griterío que se despacha en tantos otros sitios. Téngalo en cuenta el nuevo Gobierno y, si no hay dinero en la caja, que cambie la ley de Financiación de RTVE y permita que vuelva la publicidad. Los espectadores se lo agradeceremos.
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Fermín Bocos