No salgo de mi asombro. Y como tal, lo digo. Me asombra la falta de coordinación o el ansia de protagonismo de algunos ministros de Rajoy. Y esa descoordinación es todo un gesto impropio de un Gobierno que dice tener claro lo que tiene que hacer para sacarnos del lío que nos metió el Gobierno más desastre de la historia de España presidido por Zapatero.
Y estoy asombrado porque en menos de 24 horas tres ministros del Gobierno de Rajoy han dado tres cifras distintas de previsión del déficit público del año pasado. El señor De Guindos, el señor Montoro y el señor Fernández Díaz se han rectificado unos a otros dando cada uno una cifra del déficit y, a mí, me ha sonado muy mal. Me ha sonado a descoordinación. Y me ha sonado a desorientación. Y me ha sonado a ansia de protagonismo. Y me ha sonado a ministros de un Gobierno más inocente que un cubo.
Y, como digo, eso es un gesto demasiado inconveniente.
¿Qué ocurre? ¿Qué Soraya tiene tanta carga de trabajo que no es capaz de coordinar a estos ministros? ¿O es que cada uno va a su bola?
Me da que Soraya Sáenz de Santamaría será una gran Vicepresidenta pero dicen en mi pueblo que quien mucho abarca poco aprieta y creo que a la mano derecha de Rajoy se le está escapando la auctoritas entre los dedos.
Si yo fuera Rajoy, que no lo soy afortunadamente, llamaría a los ministros uno a uno y les diría de qué “tienen que morirse” si vuelve a pasar algo así. Porque no hay nada en el mundo que desacredite más a un Gobierno que esa sensación de desgobierno.
Pinocchio