La crisis lo está cambiando todo. Los precios de los pisos bajan, los impuestos suben y mientras el paro acelera, nuestro poder adquisitivo no deja de desacelerar. Y en este vaivén de cifras, los negocios low cost están en pleno auge. Viajes de última hora, rastrillos, promociones on line…y por qué no, los llamados vinos VIC, ‘Very Important Chollos’. Vinos elaborados por grandes bodegas que, tras triunfar con vinazos carísimos, se han decidido por bajar de las nubes y elaborar para nosotros, pobres mortales de carteras ajustadas. Hace unos años sería impensable que el danés Peter Sisseck, creador del exclusivo Pingus (que ronda los 1000€), lanzara un vino por debajo de los 20€. Pues ya es una realidad, en el mercado encontramos su PSI (Peter SIsseck), una oportunidad para acercarse a este enólogo afincado en la Ribera del Duero y tocado por la varita mágica del crítico Robert Parker. Y la lista continúa con el riojano Miguel Ángel de Gregorio. Su Aurus valorado en 100€ le abrió en los 90 las puertas de la gloria vinícola, pero recientemente ha sacado al mercado su Finca Nueva que no supera los 10€. En Rioja también encontramos a Bodegas Roda que además de elaborar su premiado Cirsion (130€) también apuesta por Sela (15€) y Corimbo (20€), dos nuevos proyectos bajo el amparo, esta vez, de Ribera del Duero.
Por otro lado, la todopoderosa Vega Sicilia ya vio las orejas al lobo y ya cuenta desde hace años con otras etiquetas low cost como su Pintia en Toro o Alión en Ribera del Duero. Y en Toro también encontramos el nuevo proyecto de Mariano García, creador del exclusivo Mauro VS (50€) que ha sorprendido con un vino suave y elegante valorado en 10€, Prima. Muy cerca de ésta, la bodega de Louis Voiton en Toro, Termanthia, también cuenta con su vino top, Termanthia (120€) y su hermano menor, Termes, que no supera los 20€.
Y la lista seguirá en aumento, porque lo único bueno que tiene la crisis es que ha abierto un tiempo de reflexión, de definir estrategias y buscar otros mercados. Una cosa es cierta, estos vinos VIC no poseen las características de los vinos de gama alta, pero sí cuentan con la garantía de contar con un enólogo de prestigio que no puede poner su sello a cualquier vino, ya que echaría al traste la gloria conseguida de años. Cierto es que muchas bodegas, los propios distribuidores o incluso nosotros, los periodistas especializados, hemos utilizado estas estrategias para “enganchar” al consumidor. De cualquier forma marketing, oportunismo por la crisis o una forma de ampliar cartera de precios lo cierto es que en estos momentos de complicada situación es la mejor forma de acercarse más y mejor al vino.
María D. Nepomuceno