Estamos asistiendo a una nueva etapa político-social de la historia de España. Lo cual, no quiere decir que vayamos hacia una época mejor, simplemente es un nuevo ciclo, que como tantas veces ha ocurrido en la historia, también en este caso vamos hacia atrás y de culo.
Personalmente pienso que, si el terrorífico periodo de Zapatero ha sido nefasto, esta nueva etapa de Rajoy va a ser peor, por lo menos en cuanto a la identidad nacional y a las libertades de ser español. Zapatero mató España y Rajoy la va a rematar, cepillándose de paso a la clase imbécil, antes llamada clase media. ¿O debería decir clase pagana?
Pero los malos tiempos no llegan sólo para la clase imbécil, también para el principal sostén de la libertad: los medios de comunicación. Entre unas cosas y otras, malos tiempos merodean la nueva legislatura de Rajoy.
Últimamente hemos podido ver como algún columnista ha tenido que dejar de escribir en Libertad Digital por discrepar respecto al 11M. Quizás en este caso se trata de censura de libertad aderezada con un poco de enfrentamiento personal. Pero al fin y al cabo, hablamos de libertad de expresión.
También en Intereconomía hemos visto como, tras la victoria del PP, la dirección ha hecho limpieza en su plantilla eliminando algún periodista molesto. Y es que quien paga manda y el PP parece ser el Dios terrenal de Intereconomía.
Mientras el PP ha estado en la oposición todo iba muy bien en esta cadena, pero ahora que Soraya tiene micro propio y es portavoz oficial para recordarnos semanalmente lo maravilloso que es Rajoy, ya no hace falta que nos “coma la cabeza” Antonio Jiménez o Gonzalo Bans hablando maravillas del PP.
Es matemático, en cada ocasión que nombran al PP es como si Antonio y Gonzalo alcanzaran un orgasmo de tal intensidad que les impide disimular sus rostros placenteros. Si además la noticia da pie para adular a Rajoy, entonces vemos como alcanzan el clímax frente a las cámaras con rostros desencajados, babeando e incluso en ocasiones, dando puñetazos compulsivos en la mesa. ¡Es que hay orgasmos que son imposibles de disimular!.
Sólo tengo que recordar la otra noche cuando Antonio Jiménez invitó a Fabra –el bueno- a su programa para explicar lo genial que es el PP en Valencia y que esta Comunidad no va económicamente a explotar. Efectivamente, Valencia va a implosionar engullida en su propio derroche faraónico. Valencia huele a mierda. Hasta el Gato al Agua salió cojeando y escaldado del programa.
Estos casos, aunque aislados, son lamentables porque en Intereconomía hay muchísimos periodistas honestos y muy profesionales. Es más, doy fe de ello, la mayoría son defensores de ideas y no de partidos, una máxima que debería aprender la clase imbécil. De los periodistas honestos, no hace falta que los nombre, todos sabemos quienes son los que van dando caña a diestra y siniestra cada vez que se ataca la unidad de España.
Los ciudadanos no queremos oír lo geniales que son los chicos del PP o lo maravilloso que es Rajoy, que de momento de maravilloso no tiene nada. Los ciudadanos queremos medios de comunicación que defiendan la unidad de España y que le digan a Rajoy sin complejos que en España no se puede estudiar en español, por ejemplo.
Así que menos pajas mentales y más informar de la maltrecha realidad nacional.
Pienso que Julio Ariza, que ha dado muestras sobradas de defender la unidad y los valores de España, debe poner orden en sus filas y valorar si quiere audiencia de perros adoctrinados o de ciudadanos libres que defendemos ideas y no partidos.
Por cierto Julio, ya que hablamos del PP: la secretaria de Educación de la Generalidad Valenciana, Auxiliadora Hernández, ha dado orden a todos los inspectores, que todas las comunicaciones las hagan exclusivamente en valenciano, minando así una vez más el idioma español. Sí, estoy hablando del PP de Valencia, pero si quieres te hablo de la Camacho o del traidor de Feijóo, ¿o hablamos de Baleares?
Y puestos en el tema, te recordaré que el PP ha bajado los sueldos a los funcionarios en Valencia, les ha quitado sexenios, otras prebendas y ha reducido drásticamente el presupuesto para la educación. En cambio, derrochan 1.900 millones de euros al año introduciendo con vaselina el valenciano catalanizado, o 1.600 millones de euros al año en mantener a Canal Nuevo (Canal Nou) sólo con el propósito de adoctrinar lingüísticamente a los menores con sus dibujos en valenciano y con programas para mayores repitiendo sin cesar lo genial que es Fabra y la Rita Barberá.
Ariza, todo esto lo sabes muy bien, pero los ciudadanos no saben que tú lo sabes y si no lo dices tú, alguien lo tendrá que decir.
Claro, que mientras algunos periodistas de Intereconomía copulan con el PP sin tomar la píldora del día después, otros medios sigilosamente van ganando audiencia como la 13TV con Alfonso Merlos y Una mirada a EL MUNDO con Carlos Cuesta. Y es que, al margen de quien esté en el poder, aún quedan periodistas que tienen claro que España no es discutible ni discutida, al igual que la imbecilidad española.
Como no hay una acción sin una reacción, que nadie se pregunte por qué Intereconomía se está quedando solo con la audiencia de viejos y jubilados. Un sector nada atractivo para las agencias de publicidad. Julio, algún día me invitarás a una cerveza porque estoy seguro de que vas a sacar cosas muy positivas de mi mensaje.
Otro de los medios que se ha posicionado a raíz de la llegada del PP al Gobierno es El Semanal Digital. Este periódico ha eliminado cualquier columnista que escriba algo incómodo de Rajoy. Todo el mundo tiene un precio y a cambio de la limpieza en El Semanal, Antonio Martín Beaumont, su director, aparece en las tertulias de Intereconomía y consiguieron publicidad del PP en periodo electoral. Yo lo comprendo, algunos artículos eran demasiados molestos para le PP. Eso se llama pan para hoy, bajada de audiencia y hambre para mañana.
En los medios de comunicación no se puede tomar partido porque al final te quedas sin ver la Liga y sin jugar. Si además eres muy sectario, te quedas hasta sin Público.
Las clases medias somos imbéciles, pues somos la única Casta del espectro social que pagamos los desmadres de los políticos. Nos hemos convertido en los parias de la sociedad española, los más “puteados”. Y aunque somos imbéciles, no somos tontos y cuando un medio reprime la libertad, pierde audiencia y por consiguiente publicidad. Y si no hay publicidad, no hay dinero y si no, que se lo pregunten a El Semanal.
Por eso digo que llegan malos tiempos con Rajoy. Excepto Periodista Digital, Estrella Digital, Libertad Digital y alguno más, pocos medios hay que se atrevan a cuestionar los “palos” que Rajoy está metiendo a la sociedad. Perdón, me refiero a la clase imbécil. Imbécil pero no tonta.
Así lo pienso y así lo digo.
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Juan Vicente Santacreu