Alfredo Pérez Rubalcaba, con un proyecto intergeneracional y para las clases medias, ha sido elegido secretario general del PSOE por un margen estrecho: apenas veinte votos de diferencia, suficientes en todo caso para derrotar a una emergente del partido, la exministra Carme Chacón, que también tenía el triste honor de haber sido la primera candidata socialista en perder el primer puesto en unas legislativas en Cataluña. En un congreso con 956 delegados, de los que votaron todos menos uno, ha ganado la llamada oferta de experiencia ante la travesía del desierto (Rubalcaba, con 487 votos) frente a otra oferta más novedosa como opción para el futuro (Chacón, con 465 votos), y lo ha hecho con la bandera del laicismo, del feminismo y de los derechos sociales, mirando a Europa en los asuntos económicos. Carme Chacón, que ha ido creciendo en las últimas semanas, ha obtenido un buen resultado, pero insuficiente.
La elección del nuevo secretario general del PSOE, que tiene 60 años, es decisiva para este partido pero también es importante para el conjunto de la sociedad española, ya que esta fuerza política garantiza ahora la alternancia democrática, tras haber sido el partido que ha gobernado durante más años este país en democracia. Incluso tras una debacle como la de las últimas elecciones generales con Rubalcaba de candidato, el PSOE conserva siete millones de votantes, animados por un cuarto de millón de militantes socialistas. Se trata, por tanto, de una elección vital para el partido pero, como advierte Josep Ramoneda, también para el equilibrio del sistema político, escorado a la derecha.
Entre los deberes de Rubalcaba estará reorganizar el partido, sanear sus cuentas y renovar de manera paulatina las distintas federaciones territoriales, hasta conseguir dotarse de un programa y unos cuadros capaces de recuperar los votos de 4,3 millones de antiguos electores que el 20-N optaron por otros partidos o no acudieron a votar. Y, obviamente, sin perder nada de lo poco que le queda. El último mensaje de Zapatero como secretario general saliente fue claro: todos detrás de quien tenga el nuevo liderazgo del partido. El primer mensaje del nuevo líder, también: en pie como un partido fuerte, se supone que unido, para lo cual será un buen termómetro conocer este domingo la formación de la nueva ejecutiva socialista. Sobre lo que pase con el candidato socialista en 2015, ya se verá. Medido en términos políticos, falta una eternidad.
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José Luis Gómez