Los congresos del PSOE no se deciden en los discursos, sino en los pasillos; en la noche previa a la votación. Así fue también esta vez en Sevilla, en el hotel Renacimiento. Chacón entró con más apoyos que Rubalcaba, pero acabó perdiendo por 22 votos. Con 12 delegados más de su parte de entre los 956 que allí estaban, el resultado habría sido el contrario. El voto es secreto. Los lenguaraces delegados no lo son. Según varias fuentes de uno y otro candidato, estas fueron algunas claves de lo que pasó.
1. Felipe y Guerra. Renovadores y guerristas –eternos rivales– acabaron unidos contra Chacón. El expresidente trabajó en la noche del viernes, especialmente en Andalucía. Felipe se empleó a fondo. Llamó por teléfono personalmente a varios delegados que habían manifestado públicamente su apoyo a la candidata catalana y logró que varios cambiaran de caballo horas antes de votar. Lo mismo hizo Guerra con algunos de sus leales, que hasta el mismo viernes iban con la candidata que perdió. Si la alianza entre Guerra y Felipe fue sorprendente, ver abrazarse a Guerra con Rubalcaba ha sido el no va más.
2. Andalucía. Las maniobras de Felipe y el rechazo que provoca la secretaria de Organización de Griñán, Susana Díaz (incluso entre delegados partidarios de Chacón), cambiaron las cartas en la federación más importante del PSOE, la andaluza, que aportaba una cuarta parte de todos los delegados. En teoría, el 60% se había pronunciado por Chacón. No fue así en la votación. Rubalcaba logró en las últimas horas dos delegados más en Cádiz y cuatro más de Sevilla. También hubo baile en Granada y en Málaga.
3. Almería. Es la provincia que más se movió y sobre todo la más simbólica. Contra pronóstico, Chacón no ganó siquiera en la tierra natal de su padre, donde había presentado su candidatura. En teoría, tenía el apoyo de la lista mayoritaria –respaldada por Griñán y por el secretario general de Almería, José Luis Sánchez Teruel– frente a los críticos, partidarios de Rubalcaba: los rebeldes castigados por Griñán, con el exconsejero de Innovación Martín Soler y el exsecretario general Diego Asensio a la cabeza. Chacón contaba con 16 delegados frente a 7 de Rubalcaba. Al final las cifras se invirtieron. Rubalcaba ganó 9 delegados más, hasta los 16, y Chacón se quedó con sólo 7.
4. Los críticos del PSC. Los socialistas catalanes apoyaron casi unánimemente a su compañera, pero también hubo ahí dos delegados que apostaron por Rubalcaba. Irónicamente, el nuevo secretario general fue apoyado por el sector soberanista del PSC: el que salió derrotado en el último congreso que ganó Pere Navarro. La pista y los argumentos se pueden ver en este artículo que escribió Ernest Maragall en su blog, antes del congreso. Se titula “si yo fuera delegado”. El exconsejero de Educación de la Generalitat se muestra partidario de votar a Rubalcaba, al que presenta como “un adversario formidable pero sólido con el que se pueden alcanzar acuerdos”. A Chacón la retrata como “una presunta amiga pero en estado líquido o gaseoso”, a quien los catalanistas habrían tenido que “perseguir en busca de imposibles resultados tangibles” si hubiese alcanzado la Secretaría General del PSOE.
5. Extremadura. Guillermo Fernández Vara dio libertad de voto a todos los delegados extremeños y el equipo de Chacón confiaba en que una buena parte de la delegación de Cáceres apoyaría a la candidata. Durante los discursos quedó en evidencia que no sería así: los de Cáceres, de forma muy visible, aplaudieron constantemente a Rubalcaba mientras guardaron silencio con Chacón. Fue justo en ese momento, después de saber también de las llamadas de Felipe en la madrugada sevillana, cuando muchos de los partidarios de Chacón tuvieron claro que Rubalcaba iba a ganar.
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Ignacio Escolar