miércoles, noviembre 27, 2024
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Tomás Gómez es un zombi

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El tiro de gracia para que, definitivamente, el secretario general de los socialistas madrileños se haya convertido en un muerto viviente se lo dio Rubalcaba el domingo en el 38 Congreso Federal del PSOE. En el reparto de poder interno quedó a la claras que Tomás Gómez ni pincha ni corta. Notable diferencia de lo que ocurre con militantes de élite del PSM que sí estarán sentados al lado de Rubalcaba. Gómez únicamente ha podido colocar a Maru Menéndez, política de su confianza y tan gris como él. Lo ha conseguido porque ya estaba de antes y no molesta, ya que tiene la misma insustancialidad que quien la patrocina. “No da pan, pero tampoco quita”.

El caso es que el apoyo de Gómez a Chacón, en vísperas del congreso regional, le va a costar la cabeza. Su actitud ha reverdecido los encontronazos que no hace mucho tuvieron él y Rubalcaba. De poco le va a servir haber “limpiado” de críticos las estructuras internas del PSM.

Tomás Gómez ha jugado con fuego en muchas ocasiones y solo la casualidad ha impedido que se queme. Fue el hombre que dijo no a Zapatero y se negó a retirar su candidatura a la Comunidad de Madrid. Fue el hombre que también dijo no a Rubalcaba para decantarse por la levedad de Chacón. Pero Alfredo Pérez no es José Luis Rodríguez. Perro viejo el exministro le va a hacer pagar la factura de la deslealtad hacia él. Porque es de los que no perdonan. Al fin y al cabo, Tomás Gómez ha hecho lo mismo en el partido de Madrid. Todos los que no le apoyaron en las primarias están castigados en la oscuridad de los sótanos de la plaza del Callao de Madrid. No le deberá extrañar al exalcalde de Parla que el aparato de Ferraz le monte un candidato de la órbita de Rubalcaba para enfrentarse en el próximo congreso.

Sí es así puede darse por jodido. En caso de ganar a otra hipotética candidatura, muy improbable, va a tener que abrir la mano a sus adversarios, e incluso enemigos, lo que le hará perder el control total del partido. En caso de perder ya no cabe añadir más, ya que su liderazgo en el PSM se ha basado en el ejercicio de ‘manu militari’ con quien se enfrentaba a él, la adhesión inquebrantable de sus leales y la escasa capacidad de cintura política para resolver los problemas internos.

Mal asunto para Tomás Gómez.

Pase lo que pase es un zombi hasta que se celebre el congreso regional del PSM.

Él lo sabe y salvo que llegue a respirar un milagroso halo de vida, tiene los días-políticos- contados.

Quebrantahuesos

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