lunes, noviembre 25, 2024
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Cine vs internet, el peor guión de los Goya

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“Todos somos internautas”, declaró en los Premios Goya Enrique González Macho, presidente de la Academia del Cine, pero en el cine hay muy pocos empresarios y profesionales de internet y los medios digitales. Cuando el presidente de los cineastas afirma que «internet no forma parte todavía de la actividad económica del cine» debería preguntarse a qué están esperando. El público es impaciente y no aguarda.

Datos, estudios y la experiencia cotidiana lo dejan claro: la gente no quiere esperar. Si una película no está accesible en cualquier pantalla, la alternativa son las descargas. El vídeo bajo demanda crece y consume catálogo y estrenos, pero la industria es reacia a cambiar su modelo de ventanas y escasez artificial frente a la economía de la demanda y la distribución social.

Mientras el cine español se queja de falta de pantallas para sus películas, la mayor sala de todas, internet, está casi desierta. La oferta de cine en internet cojea mientras en otros países se multiplica el vídeo bajo demanda y en streaming (sin descargas). Iniciativas como Filmin o Filmotech –o los videoclubs de televisiones y plataformas de pago- siguen siendo poco conocidas, con catálogos cortos y sin apoyo decidido de la industria a pesar del aumento de consumidores dispuestos a pagar precios asequibles.

González Macho se alejó de la conversión de Álex de la Iglesia a internet tras la larga batalla de la ley Sinde para pedir al Gobierno que aclare sus planes sobre la financiación del cine. En las butacas de los Goya, el ex presidente De la Iglesia asistía a la involución. La exministra Sinde sonreía y el ministro Wert callaba. Del público parece que nadie se preocupa.

El cine español depende de las subvenciones y la inversión obligatoria de las televisiones. En 2009 (últimos datos oficiales), las televisiones invirtieron 89 millones de euros en cine español, 58,8 de ellos para largometrajes. Las subvenciones estatales fueron de 81 millones de euros en 2010 frente a una taquilla de 80 millones, la menor desde el comienzo de la década pasada.

El PP ha prometido acabar o reducir la obligatoriedad de inversión de las televisiones y la pérdida de ingresos de RTVE reducirá su apuesta por el cine. La cuota de taquilla y los espectadores siguen cayendo mientras crece el consumo audiovisual en las pantallas domésticas.

Internet aún “no forma parte de la actividad económica del cine”, dijo González Macho, pero es la industria quien debe ocuparse de ese negocio. Si rechaza la distribución digital está muerta. Nadie podrá atar a los espectadores a las salas cuando las mejores pantallas y las butacas más cómodas están en las casas. Con las pantallas planas domésticas, las televisiones conectadas y la interacción social en las redes, ir al cine ya no es la única forma de disfrutar de las películas.

Muchos cineastas lo saben. En la alfombra roja de los Goya falta un premio para los nuevos modelos de negocio. Seguir quejándose es el peor guión de un cine que parece empeñado en negar la realidad y alejarse de su público.

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Juan Varela

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