La campaña electoral andaluza, que afortunadamente termina, ha sido un poco más penosa que todas las demás campañas que se han celebrado en España desde que nos dimos la democracia. Comprendo que en las campañas electorales siempre se tiende a la exageración y que se dicen cosas que no aguantan el más mínimo debate. Pero el aferramiento del PSOE al poder ha sido tan lamentable, tratando a los andaluces como ciudadanos de tercera, que ha llegado a decir cosas de las que se siente vergüenza ajena.
Y para muestra dos botones de ayer y de anteayer. El primero, a cargo del inefable Manuel Chaves diciendo que «la democracia peligra si el PP gana el día 25». “Colócanos, colócanos, ay Manolo, colócanos”, parafraseando a Carlos Cano en aquella inolvidable Murga de los Currelantes.
Y el segundo a cargo de Elena Valenciano, esa mujer tan fantástica como omnipresente, diciendo que «lo primero que hace la derecha cuando llega al poder es intervenir sobre los derechos de las mujeres». De modo que «corre peligro su libertad, su autonomía, el camino emprendido y, finalmente, su felicidad».
«Me muero, me muero», como en aquel bolero de la inimitable Olga Guillot, pero no de amor si no de pena.
No se puede insultar más a la inteligencia del pueblo andaluz en menos tiempo. Aunque a eso es, me temo, a lo que han estado dedicándose durante 30 años.
Y todo porque las encuestas dicen que, por fin, va a llevar a cabo la Transición en Andalucía. Sí, la Transición. Como a finales de los 70. Y que, con esa transición, el PP va a acabar con el cutrerío de un PSOE que ha convertido a la California Europea en una fuente inagotable de paro, una exacerbación folklórica y una tendencia hacia la corrupción inimaginable.
Andalucía es, posiblemente, la tierra con más poetas o, si se me permite, con más artistas por metro cuadrado del mundo. Y, hoy, a pocas horas de las elecciones andaluzas terminen me vienen a la memoria aquellos versos de Rafael Alberti en los que se preguntaba ¿qué cantan los poetas andaluces de ahora?
No voy a repetir aquí todo el poema. El que no lo conozca que lo busque en internet. Pero parece escrito ayer mismo para que sea leído hoy en todos los mítines de final de campaña.
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Pinocchio