La semana que hemos dejado atrás ha vuelto a poner delante de nuestros ojos una nueva escalada de la prima de riesgo española que llegó a estar alrededor de los 360 puntos para bajar posteriormente a los 350 el pasado viernes por la intervención del Banco Central Europeo según se comenta.
Muchas son los causantes a los que se culpa de esta elevación. Por el lado interno, al gobierno y su cambio del objetivo de déficit para 2012 del 4,4% al 5,8% primero y ahora al 5,3% por mandato de Bruselas y también a la dilación en la concreción de los presupuestos de 2012 hasta después de las elecciones andaluzas.
Por el lado externo se culpa a las noticias aparecidas esta semana en el Financial Times, que al igual que las declaraciones del secretario del tesoro Timothy Geithner ante la Cámara de Representantes de Estados Unidos fijan el gran problema de nuestro país en el endeudamiento privado que viene a representar el 220% del PIB español, y no al público que es de alrededor del 70%. Estiman que hemos llegado a esta situación como consecuencia de la burbuja inmobiliaria, de nuestra baja competitividad y por el crédito fácil y barato en que hemos vivido estos años pasados. Además, para más inri, se han sumado las declaraciones del economista jefe de Citigroup, Willem Buiter quien ha situado a nuestro a un paso de la quiebra inmediata.
Todos los comentarios apuntan en la dirección de que habría que reducir el endeudamiento del sector privado español pero que eso resulta muy complicado cuando al mismo tiempo se busca el mismo objetivo en el sector público. Indican que el proceso normal sería desapalancar primero el sector privado manteniendo el apoyo de déficit del sector público para no lastrar la economía y a la vez apoyarse en las reformas económicas que fuesen necesarias para que una vez conseguido ese primer objetivo, se pudiera proceder al saneamiento de las cuentas públicas.
Pero como quiera que a tenor de los acuerdos alcanzados con Bruselas la política económica viene en gran medida fijada y monitorizada por la Unión Europea, el proceso no va a ser el descrito sino de recortes en los presupuestos y elevaciones de impuestos para reducir el volumen de deuda pública, lo cual va por otro camino que es el de la generación de desconfianza y malos datos económicos que a su vez deterioran más la relación entre el PIB y el endeudamiento, lo cual vuelve a generar más desconfianza, entrando en un círculo vicioso.
A la vista de todo lo anterior, parece que sería sensato proceder a reducir el tamaño del sector público para que el sector privado pudiera tener más recursos para hacer frente a su endeudamiento, ya que eso podría aumentar la renta disponible vía minoraciones de impuestos y así llegar a reducir el endeudamiento privado.
Es por lo que parece llegado el momento de algo que muchos españoles venimos pensando y diciendo acerca de los 17 virreinatos en que se dividió nuestro país en la transición y que constituyen las comunidades histéricas (no es una errata) y que no es ni más ni menos que son insostenibles tal y como se han llegado a configurar con el paso del tiempo, a la vez que sólo han servido para profundizar en lo que nos separa y no en lo que nos une.
Entre sus «ministrinos» (que bien los denominan los asturianos), parlamentos y todo su funcionariado burocrático, parques móviles, empresas públicas de enchufismo, televisiones sectarias con más enchufismo, trinques, dosis de cocaína, pianos, fincas, pisos, ERES falsos, bolsos de Louis Vuitton, Gurtel, urdangarines, y la financiación al partido de turno de manera torticera, hemos llegado a una situación que imposibilita al sector privado salir a flote ya que toda la financiación es insuficiente para mantener un sector público de ese tamaño y de ese nivel de vida de sus regidores y allegados y que además, junto al resto de la casta política del país, gozan de más y mejores derechos que sus administrados.
Por todo ello y dado que a la hora en que este artículo este viendo la luz probablemente el Partido Popular haya ganado la elecciones andaluzas y casi domine el panorama autonómico, es por lo que se impone de forma más sencilla que nunca un debate abierto para establecer cómo debemos y queremos organizar la administración a todos los niveles, ayuntamientos, diputaciones, comunidades y gobierno, ya que de lo contrario las instituciones que fueron creadas para la gestión de este país, junto a la casta política profesional que las manipula, acabarán por estrangular al sector privado y por ende a la nación.
Sinceramente, creo que no debemos permitir que siga esta situación por más tiempo ya que el mal gobierno nos ha hecho perder ya hasta nuestra capacidad de asombro ante las barbaridades.
Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.
José Luis Martín Miralles