Esto es lo que debería hacer el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, si pusiera en su afán político algo de cordura y menos sinvergonzonería.
Esperanza Aguirre (y menos aún los madrileños) no se puede permitir tener un número dos así. Un vicepresidente que le empiezan a saltar los escándalos y de los que dice o no saber nada o poner excusas de las que sólo él cree salir exculpado.
La presidenta de la CAM , con un apoyo en las pasadas elecciones autonómicas de 2011 del 51,74% de los votos de los madrileños, tiene que ser fiel a sus palabras y ecuánime en sus decisiones.
“La transparencia y la responsabilidad mientras yo sea presidenta serán las señas de identidad de este Gobierno y no vamos a permitir que nadie empañe esta transparencia y responsabilidad», afirmaba en febrero de 2009 Aguirre cuando destituyó a López Viejo y el entonces consejero de Deportes sólo estaba siendo investigado por su implicación en la trama ‘Gürtel’.
O cuando en abril de 2010, la presidenta de la Comunidad de Madrid afirmaba en una entrevista en televisión por apostar por que los políticos abandonen su actividad «si se pone en duda que se haya utilizado el cargo para enriquecerse». «Presunción de inocencia penal para todo el mundo, pero responsabilidad política también”, agregaba la presidenta de la CAM.
Tan sólo dos años han pasado de estas últimas declaraciones y Aguirre tiene que mover ficha, debe de mover ficha, porque González ya aparece en varios papeles.
Uno de ellos y del que Estrella Digital da cuenta hoy es el recurso contencioso administrativo contra la adjudicación de Las Ventas a Taurodelta, cuando había otra empresa que ofrecía un millón de euros más. La adjudicación de la plaza de toros madrileña es responsabilidad de la consejería de Vicepresidencia y de Cultura. En definitiva, de Ignacio González.
Lo mismo que la denuncia interpuesta por una extrabajadora del Canal de Isabel II por malversación de fondos públicos al desviar 4,5 millones de euros a Sacyr, tal y como informaba el pasado 20 de marzo Estrella Digital, y sobre la que González ignoraba el presunto delito. Sí, también el vicepresidente de la CAM es el máximo responsable, es el presidente del Canal.
Más opaco parece su pisito en Guadalmina y pagado por una sociedad creada en un paraíso fiscal e inactiva desde 2010, Coast Inversors. Por un dúplex de 500 metros, con sauna baño turco, piscina privada, a 500 metros de la playa y en un complejo residencial de lujo, sorprendentemente González sólo paga 2.000 euros, que se quedan en 1.450 porque los gastos de la comunidad cuestan 550 euros. Ya nos podría contar González cual es su agente inmobiliario para que podamos encontrar todos gangas de estas características.
Y luego están sus quehaceres con Cerezo y con el abogado Rudy Valner a modo de carabina, ya que defiende los intereses de uno y de otro. Muchos paralelismos, si se tiene en cuenta los negocios que hace el presidente del Atlético con Telemadrid, Hoy en día, Cerezo es consejero de Boomerang que tiene el 30% de la empresa que gestiona los contenidos publicitarios de la cadena autonómica, Multipark.
Sabiendo todo esto, si González no se va por su propio pie, la presidenta tiene que ser esclava de sus palabras y destituirle, se lo debe a los madrileños y se lo debe a su propia credibilidad.
Editorial Estrella