A raíz de la «amarga victoria» del PP en Andalucía -fue el partido mas votado pero no lo suficiente para tener la mayoría absoluta y poder gobernar- y de su pésimo resultado en Asturias -quedó en tercera posición tras el PSOE y el Foro de Álvarez Cascos- fue tomando cuerpo en sectores afines a los populares ese «mantra» del que suelen echar mano los partidos políticos o los Gobiernos cuando las cosas no pintan bien para sus intereses: ha fallado la comunicación, se dice. Personalmente ese «razonamiento» siempre me ha parecido una excusa de mal pagador. Porque más importante que comunicar bien es tener materia para comunicar. Y el actual Gobierno del PP sí la tiene y en abundancia.
En la última semana parece que el Presidente de Gobierno se ha decidido por fin a liderar esas explicaciones que los ciudadanos necesitan escuchar en torno a las durísimas medidas que ha tomado el ejecutivo en sus primeros cien días. Es cierto que Rajoy podía haber elegido para esas explicaciones un marco mas institucional que el de sendas reuniones de los órganos de dirección de su partido, pero al menos el Presidente ha hablado y se ha explicado. Y lo ha hecho con ese discurso racional y pedagógico que tan bien maneja Rajoy y que hicieron de el un magnífico orador en el Parlamento en las dos legislaturas en las que le tocó liderar la oposición frente a los Gobiernos de Zapatero.
Pongamos un ejemplo de esa pedagogía de Rajoy: «no es el momento ni de pabellones, ni de autopistas ni de aeropuertos sino de sentar las bases para la recuperación de la economía española» les dijo a sus compañeros de la ejecutiva el pasado lunes en la calle Génova de Madrid. Otro ejemplo, a la hora de justificar la necesidad de seguir haciendo reformas: «no hay alternativa y por eso lo hacemos. No lo hacemos por prejuicios de ningún tipo ni por ganas de fastidiar. Lo hacemos porque en la situación en la que nos hemos encontrado no tenemos mas remedio». ¿Verdad que se le entiende todo al Presidente?
La democracia es un sistema político que se define fundamentalmente por ser un régimen de opinión pública. Por eso es tan importante que en unos momentos tan difíciles como los que estamos viviendo, con la adopción por parte del Gobierno de medidas que afectan muy directamente al bolsillo de los ciudadanos, aquel se explique y lo haga con la frecuencia e intensidad que sea necesaria. Y que lo haga habitualmente el Presidente en primera persona, lo que no descarta que sea ayudado por sus ministros del área económica. Si además, Gobierno y oposición, oposición y Gobierno; PP y PSOE, PSOE y PP hacen un esfuerzo mayor por entenderse y remar ambos en la misma dirección para intentar sacarnos del pozo en que nos encontramos, miel sobre hojuelas.
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Cayetano González