¿Tiene sentido que el Gobierno enmiende sus Presupuestos menos de una semana después de presentarlos? ¿Queda por romper alguno de los compromisos electorales de Mariano Rajoy? ¿Por qué lo llaman copago –o “pago progresivo”– cuando quieren decir repago? ¿Por qué hablan de “reformas” o de “ahorros” cuando se trata derecortes? ¿Cómo es posible que un nuevo tijeretazo de diez mil millones más en sanidad y educación se despache en el cuarto párrafo de una nota de prensa tan ininteligible como el cambiante y contradictorio mensaje del Gobierno?
Si el recorte es para el presupuesto autonómico –como se filtró después–, ¿por qué lo anuncia La Moncloa sin hablar antes con los presidentes autonómicos? ¿Es éste último anuncio el definitivo o saldrá ahora alguien más desde el PP, desde el Gobierno o desde las jerarquías de los ángeles a desmentir el desmentido, a dejarlo en meras “reflexiones personales”?
Si se trata de que los ricos paguen más, ¿por qué no cobrar más impuestos a los más ricos? Si se pretende recaudar, ¿alguien se cree que un copago para las rentas de más de cien mil euros –una minoría que, además, suele disponer de seguros privados– supondría una partida presupuestaria relevante? ¿De verdad se pueden eliminar 7.000 millones en sanidad sin tocar la médula espinal de nuestro sistema de salud público? ¿Qué sentido tiene dinamitar uno de los modelos sanitarios más baratos y eficientes del mundo? ¿Alguien de verdad confía en que “ahorraremos” recortando en sanidad cuando la evidencia empírica demuestra que los países con sistemas de salud públicos más débiles a la larga acaban gastando más porcentaje de su PIB en sanidad (privada)? ¿En serio el PP pretende que creamos que un recorte de esa dimensión es viable con meros “ajustes en gastos improductivos e innecesarios”, como nos contaronhace apenas dos tardes? ¿Qué parte de que España vuelva a estar al borde de la intervención tiene que ver con la estrategia del PP de esperar a que pasasen las andaluzas para presentar los Presupuestos?
¿Cuánto nos costarán en el futuro esos 3.000 millones que hoy dejaremos de invertir en la educación pública? ¿Qué precio pagarán los ciudadanos a cambio de esos 7.000 millones en salud? ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar para agradar a los mercados? ¿Cuál será la próxima ofrenda? ¿Las pensiones? ¿El seguro de desempleo?
¿Es ésta la “confianza” que ofrecía Rajoy?, ¿gobernar a golpe de prima de riesgo?
Ignacio Escolar