Ya tenemos campeón virtual de la liga, El Real Madrid que se impuso en el Camp Nou a un Barcelona en su peor versión y con una alineación extraña. Son ya siete puntos de diferencia que deja el campeonato nacional de liga prácticamente sentenciado. En casa de su gran rival, no sólo ha dado un golpe a la liga sino que se lo ha dado también al Barça.
El Madrid puede ser campeón de liga si en los próximos cuatro partidos que faltan logra sumar seis puntos. Podría proclamarse incluso el próximo domingo, si se impone al Sevilla en el Bernabéu y el Barcelona cae frente al Rayo, en Vallecas.
En el Camp Nou hemos asistido al traspaso de poderes del Barcelona al Real Madrid. Con su indiscutible triunfo por 1-2, los blancos abrazan un campeonato que se merecen por los números que están logrando y porque sencillamente están siendo, con diferencia, los mejores.
Sí, el mejor, a pesar de que algunos compañeros de la capital y por supuesto en Barcelona, calificaban como poco vistoso, conservador y miedoso el juego del equipo de Mourinho. Vamos que era una vergüenza. Y todo porque Mourinho cae mal, es arrogante y soberbio. Es el mismo diablo hecho entrenador, y porque no se deja manejar por los poderes fácticos que controlan la información deportiva.
Mourinho, pese a tener a casi todos en contra, ha demostrado su gran categoría como entrenador. Al sobrevalorado Guardiola- que se encontró un equipo ya hecho- en esta ocasión le ganó en todos los terrenos: en el táctico y hasta en el psicológico. Pep creo que se equivocó en la alineación, dejando en el banquillo a Cesc y Alexis y dando entrada a un tierno Tello y adelantando a Alves hasta convertirlo en extremo derecho. El brasileño es un magnifico lateral con mucho recorrido pero como extremo se le ven muchas carencias. Nunca pudo con un estupendo Fabio Coentrao, que supero el trago de Munich con nota muy alta.
Tello, tiene unas maneras fabulosas, pero darle tanta responsabilidad en un clásico a un jugador tan joven, es demasiado. Además, Guardiola en un ataque de soberbia, jugó con una defensa de tres que no funcionó. Lástima me dio ver a Puyol multiplicarse hasta la extenuación. El Barcelona se jugaba la liga, y debió salir con lo mejor que tiene. La defensa de tres fue un enorme error ante un equipo tan demoledor como el Madrid, y además ha significado un gran desgaste para la batalla que le espera el martes frente al Chelsea.
Guardiola con su alocada alineación, pecó de prepotencia al despreciar a un equipo que si de algo puede presumir es de pegada. El aspecto psicológico tampoco lo trabajó el técnico azulgrana. Nunca antes había visto a un Barcelona tan ansioso, tan loco, y al que le pesase tanto la responsabilidad. Tocaba y tocaba pero sin ningún fin. Este Barça es el más desordenado y triste que he visto. Puede que estemos asistiendo al final de una hegemonía que ha durado tres años y que ha estado cargada de grandes éxitos. Pero los ciclos en el fútbol tienen su final, aunque creo, sinceramente, que al Barcelona todavía no ha dicho su última palabra. Le queda la Champions y la final de copa.
El Real Madrid definitivamente ató la liga, y lo ha hecho a lo grande, dando un golpe de autoridad en el campo del máximo rival. Ha sido más que una victoria y un titulo de liga. Ha sido lograr la primera victoria con Mourinho en el Camp Nou; arrebatarle el poder en sus narices, y encima con mejor fútbol. Posiblemente hemos asistido al final de la jerarquía azulgrana de los últimos años.
La victoria del Madrid no se cuestiona, fue mejor en todos los sentidos. Defendió con mucho rigor y fue más contundente en la vanguardia. El Barcelona, tuvo la posesión pero para qué. Los blancos desactivaron a un desdibujado equipo azulgrana que fue una sombra de lo que fue.
Los blancos jugaron convencidos desde el principio que en el Camp Nou se jugaban la liga, y no falló. Con su incontestable triunfo dio el golpe definitivo en el alma de su eterno rival.
En la lucha personal que mantienen Cristiano Ronaldo y Messi por la bota de oro, el portugués tuvo más peso que el argentino. Ese que decían que se arrugaba en las grandes ocasiones, apareció ¡y de que forma! Tuvo en jaque a la defensa culé, sobre todo al infatigable Puyol, y marcó definiendo de forma magistral, el gol del triunfo que dejó mudo al Camp Nou. Fue decisivo para la suerte de su equipo. Cristiano en su propia casa destronó a Messi, quien estuvo mustio, sin alegría y poco participativo. Ya se sabe, no marca el argentino y el Barça pierde. Messi fue la viva imagen de su equipo: La peor versión azulgrana de la etapa de Guardiola.
Aparte del carácter decisivo que tuvo Cristiano Ronaldo, hay que destacar el enorme trabajo que hicieron Sergio Ramos y Pepe en el eje defensivo, tapando los huecos a Messi; a Coentrao que anuló a Alves y se reivindicó. Así como Khedira, que está enorme. La verdad que todo el Madrid estuvo a un gran nivel, y se merece el titulo de liga por juego, por goles y por los números de récord que está logrando. Fue la noche perfecta: récord de goles en el fútbol español, con 109; siete puntos de diferencia (virtual campeón) y encima, en casa de su gran rival. El Real Madrid no necesitó ni tan siquiera de su mejor versión para asegurarse prácticamente el título en casa del campeón, la mejor manera de oficializar el traspaso de poderes… Fue la noche redonda para el Madrid, cuyos aficionados se echaron a la calle para celebrarlo.
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Alfonso Celemín