Nacionalizar el cuarto banco del país, poner la Bolsa a tiritar y los ahorros de millones de españoles en cuarentena, sembrar la duda en todos los mercados internacionales acerca de la solvencia del sistema financiero español y de los datos suministrados por el mismo Banco de España, ¿puede salir gratis? No se si la medida del Gobierno ha sido valiente, arriesgada o si era la única posible. Ya lo veremos por los resultados y, sobre todo, por la información que el Gobierno debe facilitar a los ciudadanos de forma transparente acerca de la realidad de Bankia y las medidas que se tomen, pero lo que no parece de recibo es que se vayan de rositas los responsables de que la situación sea la que es.
¿Hay responsables? Resulta que jugábamos «en la Champions League» y teníamos «el mejor sistema financiero del mundo» (Zapatero, Pedro Solbes, Elena Salgado y otros), un Banco de España que debía controlar, alertar, denunciar, castigar (el gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez), unos administradores responsables (Blesa, Rato), unos miembros del Consejo de Administración, algunos de Comisiones Obreras, de UGT y de los partidos que han cobrado sueldos indignantes (¡de 180.000 a 700.000 euros!) que no parece que administraran nada. Nadie se enteró de nada. A Caja Madrid le metieron goles por la escuadra con las fusiones y adquisiciones, nadie vio el agujero negro descomunal y ahora el Ministerio de Economía tiene que poner decenas de miles de millones de todos los ciudadanos para evitar la quiebra y que ello arrastre aún más al sector financiero y a la economía española.
Los ciudadanos miran atónitos la situación y uno no entiende cómo no hay más indignados por esta cuestión. Hay que hacer un llamamiento a la calma porque el Estado garantiza la solvencia del sistema financiero, pero también hay que exigir que los responsables de este desaguisado -seguramente el menos responsable es Rodrigo Rato- paguen sus errores. Con la dimisión, con la asunción de responsabilidades políticas o como gestores o con las acciones judiciales que correspondan. Todo menos echar tierra sobre el asunto y que se prime a quienes han hundido la Caja. Que cada uno aguante su culpa y que no paguen como siempre los de siempre. Como decía Rajoy, no pesa la herencia recibida, pesa el engaño. O la incompetencia.
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Francisco Muro de Iscar