Cuando lo normal en este país es ver al partido del Gobierno y a la oposición tirándose los trastos a la cabeza, obsesionados como están el «y tu más» PP y PSOE han llegado a un acuerdo importante en términos de transparencia, pero que apenas ha tenido repercusión mediática. Ambos partidos han acordado que los bancos solo podrán condonar los créditos a las formaciones políticas con un tope de 100.00 euros. Además, con la modificación de la ley de Financiación de los partidos será obligatorio hacer pública cualquier donación que reciban por encima de los 50.000 euros, se prohibirá a las fundaciones que reciben subvenciones aportar dinero a los partidos y estos están obligados a publicar sus cuentas en la página WEB.
Todas estas medidas van en el buen camino, son un avance en la transparencia y están enfocadas a recuperar el prestigio de las formaciones políticas, cada vez más alejadas de los ciudadanos. Habrá quien diga que no son suficientes, que se tendría que ir a una transparencia total y a eliminar las subvenciones a partidos políticos, empresarios y sindicatos. Yo abogo por ello y creo que si eso fuera así habría muchas menos sospechas, pero tengo muchas dudas de que si, especialmente los partidos, vivieran solo de las aportaciones privadas al final podría ser que el remedio fuera peor que la enfermedad porque algunos terminarían obedeciendo la voz de su amo, o lo que es lo mismo a los patrocinadores de sus campañas.
Aún no sabemos cómo se concretará esta modificación en la ley, pero en ella se apuntan cosas interesantes que son un paso para acabar con la opacidad que ha habido históricamente en las cuentas de las formaciones políticas. Una de las novedades, además de esa reducción de un 20 por ciento de las subvenciones que se ha aceptado a regañadientes pero se hará, es que se obligará a los partidos, una vez que sean fiscalizados por el Tribunal de Cuentas, a colgar en sus respectivas webs no solo su balance genérico de ingresos y gastos sino también los créditos pendientes y las condonaciones de deuda.
Eso es un hecho interesante, como lo es también que las condonaciones no puedan exceder de los cien mil euros, que era hasta ahora la trampa para colar todo tipo de chanchullos. Además, los partidos políticos tendrán la obligación de comunicar la recepción de cualquier bien inmueble o donación que supere los cincuenta mil euros y el Tribunal de Cuentas podrá sancionar a aquellas formaciones políticas que incumplan la ley de financiación en lo que atañe a sus ingresos.
Puede que el asunto no sea la panacea y es verdad que se podría haber ido más lejos, como, por ejemplo, garantizar la publicidad de los sueldos de los dirigentes, asesores o el presupuesto desglosado de los gastos corrientes, pero es un paso importante que hay que poner en valor. Es más, que PP y PSOE sean capaces de ponerse de acuerdo ya es una novedad y si es en un tema casi tabú hasta ahora, la prueba de que algo está cambiando, afortunadamente.
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Esther Esteban