El anuncio de separación de Belén Esteban y Fran ya no tiene, ni por asomo, el impacto mediático de antaño. En cuatro años de matrimonio se contabilizan al menos ocho rupturas que han trascendido y de las que se ha hablado a «bombo y platillo», especialmente Belén, que como colaboradora estrella de «Sálvame» no tiene precio.
Los altibajos que ha vivido en su matrimonio siempre se han cotizado al alza, bueno más los bajos que los momentos álgidos, ya se sabe que las penas venden más, y eso la Esteban lo borda como nadie. A su favor he de reconocer que es tan vehemente pero al mismo tiempo tan natural cuando habla de su matrimonio, de su marido o de su ya exmarido que, parece un personaje sacado de una novela del Realismo puro. Aunque ambos dicen haber firmado los papeles de divorcio no está claro que esta sea la definitiva.
El pasado fin de semana acudí a una fiesta de cumpleaños de un buen amigo y si hay alguien a quien no esperaba encontrarme allí es a Fran Álvarez. Iba acompañado de Aurelio Manzano, el colaborador mantiene una magnífica amistad con el camarero a pesar de los intentos de Belén por distanciar a su marido del periodista.
Fran no sabía donde meterse cuando sin comerlo ni beberlo se encontró en una fiesta rodeado de periodistas que habíamos acudido en calidad de amigos del anfitrión. Su cara de sorpresa era todo un poema, al principio se sintió un tanto cohibido pero no dejaba de sonreír y de repetir: «Dios mío, no digáis que me habéis visto de fiesta, y menos con Aurelio, pero ¿qué le voy a hacer si él es mi amigo?».
Durante los primeros minutos se sintió incómodo incluso por su indumentaria informal: «Si llego a saber que hay que venir de cocktail no me pongo la camiseta de «Epi y Blas», me repetía una y otra vez; «no te preocupes, eso no tiene importancia», le decía yo; «he venido con Aurelio, con Epi y con Blas», insistía él bromeando.
En honor a la verdad me encontré a un Fran bastante animado, con ganas de divertirse, de bromear y no precisamente desolado por haber firmado el divorcio.
Desde aquí lanzo mi apuesta a que vuelve con Belén: «A quien más quiero en este mundo es a mi mujer Belén Esteban, a mi hijo, y a mi niña Andrea. Belén es la mujer de mi vida y eso lo seguiré manteniendo ahora y siempre», me repetía insistentemente. ¿Qué pensará la «princesa del pueblo» sobre esta manifestación? No había cámaras, ni fotógrafos, como testigos tan sólo «Epi y Blas».
Y los que a partir de ahora parecerán «Epi y Blas» son José María Franco y el Dioni, el exchófer de Rocío Jurado y el reputado ladrón del furgón debutan como cantantes, se han unido para grabar «Dos piratas al volante», un «temazo» que amenaza ser el hit del verano. No descarten que les fichen como teloneros en fiestas patronales de los pueblos de España, que tiemble Julio Iglesias.
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Mabel Redondo