Hemos leído estos días que dos diseñadores de Londres han elaborado un diccionario de lengua inglesa solo con imágenes. Se trata de una representación completamente visual de un diccionario común que contiene la primera imagen de Google para cada palabra del mismo. La idea ha sido presentada como un a obra de arte que no pretende el lucro y ni se reproducirá ni venderá aunque si se expondrá al gran público…
Al leer la noticia he imaginado lo complicado que puede ser plasmar en imágenes el momento tan difícil que vive nuestro país. Hay cosas fáciles de definir como la cola del paro, los desahucios de familias enteras, la desesperación, el desánimo, la falta de consumo, etc.
Sin embargo otras serían muy difíciles. ¿Cuál es la imagen de una prima de riesgo disparada por encima de los quinientos, que nos impide salir al mercado de capitales por elevado coste de la financiación? ¿ Cómo se podría definir visualmente el «y tú más» en el que los partidos políticos siguen enquistados en vez de remar juntos para buscar soluciones?
Sin duda la fotografía de España en estos momentos es en blanco y negro y no solo porque la bolsa haya perdido en esta semana negra 19.000 millones o porque no haya forma de bajar ese cacareada prima de riesgo, sino porque además de malas noticias los ciudadanos necesitamos algún tipo de estímulo para seguir adelante.
Hasta el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha arengado a la selección española de Fútbol diciendo que en estos momentos difíciles «nos podéis dar un subidón de moral», consciente del bajo tono que tenemos todos. Pero el estado de animo, aunque ayuda, no es ni mucho menos la solución a todos los males. Necesitamos de forma urgente y desesperada ver alguna señal de que todo este esfuerzo, este enorme sacrificio, este «sin vivir en mi» sirve para algo y no solo para oír palabras huecas que no llevan a ningún sitio.
La fotografía de la mayoría de los españoles es la del miedo y la incertidumbre y también la de la indignación por ver como unos cuantos mangantes se lo han llevado crudo, gracias a nuestros esfuerzos. Tal vez por eso se nos revuelve el estómago cuando vemos que muchos de los que han llevado a las cajas de ahorro a esta situación, además de romper las ilusiones de millones de pequeños ahorradores se han ido a su casa forrados y con indemnizaciones escandalosas, yo diría que delictivas, en un momento dado. Nos hartamos de oír que en este país quien la hace la paga, pero la cruda realidad es que los únicos que pagamos al final somos los de siempre y siempre son los mismos los que se van de rositas.
Si tuviéramos que hacer un diccionario fotográfico de la situación, la palabra justicia debería definirse con una instantánea de la entrada en prisión de todos estos altos ejecutivos de guante blanco, que gastaban a manos llenas en las cajas para favorecer los intereses partidistas de sus amigos. Eso sí, debería ir acompañada por otra en la que se vieran los millones robados devolviéndose al Estado. Esa sí sería una foto tranquilizadora de verdad.
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Esther Esteban