La semana, al menos, comenzó mejor de lo que terminó la anterior. Un mínimo respiro. Nada más que eso. Un pequeño enfriamiento de la prima de riesgo, un intento de la bolsa de recuperar posiciones y una escasa bajada del paro, 30.000, la mitad que en el mismo mes del año anterior, pero bajada al fin y al cabo que ya suma dos toquecillos positivos. Estacional, sin duda, y que esperemos mantenga continuidad hasta septiembre. Con ello se cuenta y desde luego mal no viene en estos atribulados tiempos. Más importante es la subida de cotizaciones en la Seguridad Social, 75.000 mas, con lo que ya se lame de nuevo el listón de los 17 millones cotizando. La confianza de los consumidores ha subido, eso si, apenas dos décimas. Bueno, menos da una piedra.
La tormenta, sin embrago, sigue sobre nuestras cabezas y la oscuridad no se diluye. La desconfianza nos persigue y los titulares nos acosan. España es noticia mundialmente, pero nuestra desgracia es que lo es en negativo. Hay exageraciones, rumores interesados, maniobras oscuras incluso. Pero el fondo de nuestra delicadísima salud es cierto y bien es sabido que al perro flaco todo se le vuelven pulgas.
Por ello es esencial que ahora más que nunca se redoble nuestra tarea internacional y cobra la importancia que tiene el viaje del Rey con empresarios a Brasil y Chile. Porque esa es otra, España puede estar con graves problemas, pero no es un enano. Y aún menos en Iberoamérica, donde somos la segunda potencia en inversiones. Ponerlo en valor y en países donde si existe seguridad jurídica para las empresas y recorrido de futuro resulta más trascendental que nunca. Que de paso los españoles percibamos la realidad de la labor que hace don Juan Carlos más allá de sus tropiezos paquidérmicos y de sus yernos aprovechados no resulta tampoco baladí y sí muy esclarecedora.
Aunque uno comprenda, al escuchar esta mañana a un representante de IU, que su aspiración sean las elecciones anticipadas, forzadas por la presión callejera y el clima de confrontación social, para reproducir el modelo griego del que allí su formación «hermana» ha salido tan beneficiada, al común de las gentes de a pie, caer por tales despeñaderos no le resulta en absoluto atractivo y lo que produce lógicamente es aún más miedo. ¿Nos servirían en verdad de algo para resolver los problemas reales? ¿O nos metería en un atolladero más infernal todavía?.
En época de zozobra mejor es tener un gobierno sólido y que mantenga la calma, aunque no le vendría mal que algunos de los suyos mantuvieran también la boca cerrada, que una especie de horno de grillos cuyas soluciones de futuro desconocemos pero de quienes sabemos muy bien cuales fueron sus penosas actitudes y descabelladas recetas en el pasado. Porque no pretenderán, aunque lo pretendan, que olvidemos que buena parte de nuestros dolores actuales tienen en ellos su principales responsables en el ayer inmediato.
No es momento, pues, y creo que por fortuna al menos Rubalcaba -González lo tiene muy claro- lo sabe, de andar con maniobras desestabilizadoras ni buscar la hecatombe del sistema. Oposición ha de hacerse y es tan necesario como legítimo que se ejerza. Pero en el momento actual no debe dejarse nunca de lado que en este barco estamos todos juntos y que el naufragio nos iba a ahogar a todos. Aunque algunos, como Chacón en el PSOE, busquen aprovechar la situación para dar el salto en sus ambiciones personales y otros, las huestes de Izquierda Unida, consideren que el momento tanto tiempo esperado de alcanzar hegemonías puede estarles llegando. Están en su derecho. Pero hoy las prioridades de los españoles son muy otras. Y si la confianza, esa palabra que tanto pesa en los mercados, está bastante perdida, con ellos y las cúpulas sindicales como fuerza de choque, no íbamos a recuperarla en absoluto. Porque en ellos si que no hay razones para tener ninguna. A las pruebas me remito. Y el mundo que nos observa no iba a dejar de tomarlas en cuenta.
PD. El culebrón de RTVE llega a su desenlace. Siete meses largos después del triunfo del PP en las elecciones se producirán los cambios. El PSOE, que olvida que fue inmisericorde con los suyos, se resiste como gato panza arriba. En realidad el cambio de ley es que antes se exigía 2 tercios y caso de no lograrse a los dos meses era por mayoría y. Ahora la votaciones son consecutivas. A Rajoy le hubiera tenido más cuenta no haber esperado consenso alguno y haber llevado en enero los nombres al Congreso. Por supuesto, y como era previsible, de toda la rumorología, nada de nada. Un gestor que no figuraba en quiniela alguna. Ah! Y los consejeros que ven reducidos sus sueldos de mas de cien mil euros al año, amen de asesor, chófer y secretaria a unas simples dietas.
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Antonio Pérez Henares