Los datos de la evolución del empleo rubrican la tendencia habitual que hace del mes de mayo un mes favorable para la reducción de las cifras de desempleados y el aumento de la afiliación a la seguridad social. Es, pues, una buena noticia en un océano de muchas otras malas, de confusas informaciones y de incertidumbres sin fin. Un dato amable en un panorama gris, pero al mismo tiempo significativamente insuficiente.
Los paños calientes puestos por la ministra del ramo, Fátima Bañez no sirven para ocultar la trágica realidad de millones de españoles – y especialmente de aquellos que llevan más tiempo sin empleo o los que lo buscan entre los jóvenes- que aún esperan de las instituciones respuestas contundentes que cambien el panorama laboral.
La reforma laboral del gobierno, como antes la que hicieron los socialistas, no sólo no cambia el ciclo sino que apenas anuncia novedades en el mercado de trabajo que justifiquen la dureza social de su contenido. En una España en la que los sindicatos se han hundido en un pozo de desprestigio, los trabajadores se encuentran solos ante el confuso horizonte de las oportunidades de trabajo. Y además los partidos políticos parecen haber decidido convertir el drama de las personas en tácticas y estrategias de su recetario partidista.
Así las cosas, los parados se sienten solos mientras en la prensa se manejan cifras de miles de millones de euros para asistir a bancos, así como otras cifras de descaradas indemnizaciones que cobran los gestores de entidades financieras con resultados fallidos que obligan a esa asistencia pública.
La Secretaria de Estado de Empleo ha sido contundente, clara y sincera: este año no se creará empleo. Esa es la verdad. Mientras otros templan gaitas anunciando luz al final del túnel, algún periodista ha dicho que bien puede ser esta luz la de la locomotora de la realidad que va a arrollarnos. Estas metáforas en boca de representantes políticos del gobierno deberían medirse con pulcra prudencia. Aún retumba en nuestra conciencia el estúpido e inconsecuente anuncio de brotes verdes por una ministra que se ha difuminado entre las sombras de su penosa gestión.
Si el dato del empleo es un hecho estacional, confiemos en que los malos augurios sobre el turismo de este año no nublen la tendencia natural del ciclo que debe anunciar, en los próximos meses, noticias igualmente positivas, por insuficientes que estas sean.
Editorial Estrella