La máquina de la propaganda gubernamental se ha puesto en marcha: no dejan de repetir que es estupendo que España haya sido «rescatada». Bueno, rescatada no dicen, evitan la palabra de la misma manera que Rodríguez Zapatero hacía exorcismos a la palabra «crisis».
Lo cierto es que el Gobierno ha negado hasta el minuto antes del «rescate» que este se fuera a producir, lo que no nos debe de sorprende porque Mariano Rajoy desde que es presidente del Gobierno no deja de desdecirse, lo que él justifica a cuentas de la «herencia recibida».
Otro «mantra» que se repite por los propagandistas gubernamentales es que el rescate de nuestro sistema financiero es «sin condiciones», lo cual es lisa y llanamente falso si nos atenemos a la propia información suministrada por la Comisión Europea. ¡Ah! y también aseguran que a nuestro país no vendrán «los hombres de negro» a controlarnos, lo que la propia Comisión también ha desmentido así como el ministro de Economía de Alemania, Wolfgang Schäuble, dejando claro que habrá un control de la «troika»: Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional. Y es que nadie da dinero gratis.
También está por ver cuánto nos va a costar a los ciudadanos este rescate, porque la realidad es que el aval es el Estado, y el Estado responde con el dinero de los ciudadanos.
De manera que lo primero que hay que decir es que seguramente el Gobierno no ha tenido más remedio que pedir a la Unión Europea el rescate de nuestro sistema financiero, y que el ministro De Guindos, amen del propio presidente Rajoy han negociado lo mejor que saben y han podido logrando un rescate acotado a nuestro sistema financiero. Pero dicho esto, lo que no es de recibo es que nos quieran «vender» que ser rescatados es «estupendo». Lo estupendo habría sido no haberlo necesitado. Y ahí sí que tiene razón el Gobierno cuando recuerda que si determinadas decisiones se hubieran tomado en su momento, allá cuando gobernaba ZP, seguramente no habríamos llegado a la situación actual.
El caso es que los puntos negros de nuestro sistema financiero son las Cajas, y volvemos a las responsabilidades: las Cajas han estado manejadas por los partidos políticos que han gobernado cada comunidad autónoma, de manera que los propios partidos tienen una responsabilidad directa en el desastre de la pésima gestión de sus responsables, pero sin olvidar claro a estos «responsables» que han manejado el dinero como si estuvieran en un casino. Estos responsables de las Cajas se han «jubilado» con unas jubilaciones de lujo unos, y otros se han marchado con unos «bonus» e indemnizaciones realmente escandalosos.
Me parece a mí que es de justicia que ya que estamos en este lío por la irresponsable gestión de unos pocos lo menos que merecemos los ciudadanos es que se investigue cómo nos han llevado hasta aquí, cómo fue posible esas gestiones irresponsables y desde luego que asuman su responsabilidad.
Por otra parte, creo que el presidente del Gobierno no ha estado a la altura de las circunstancias al no comparecer el mismo sábado para ser él quien informara a los ciudadanos de que nuestro sistema financiero iba a ser rescatado. Un acontecimiento de ese calado ¡qué menos! que nos lo hubiese explicado el propio presidente que, al final, y ante las criticas recibidas, tuvo que salir en rueda de prensa el domingo antes de poner rumbo a Polonia para asistir al primer partido de la Selección Nacional.
A mí me parece que en los próximos días el Gobierno tiene la obligación de detallar ante las Cortes y ante los ciudadanos la «letra pequeña» del rescate: qué condiciones nos ponen, qué coste va a tener, qué otras reformas habrá que hacer, etc. Ya digo que, seguramente, Mariano Rajoy ha tenido que elegir entre lo «mejor de lo peor» pero eso hay que explicarlo no con soldanes ni propaganda sino con la verdad.
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Julia Navarro