jueves, noviembre 28, 2024
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Seis meses de Rajoy

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El pasado 18 de noviembre de 2011, dos días antes de las elecciones nacionales, la prima de riesgo sobrepasaba los 500 puntos, tres días después, con la victoria de Mariano Rajoy, mermaba hasta los 463, y este lunes, el mismo día en el que el Gobierno ha realizado una petición formal del rescate a la banca española, regresaba a bordear los 500 puntos básicos tras alcanzar la semana pasada la macabra cifra de los 580 puntos.

España está al borde del abismo, los mercados no confían en el país y el Presidente está en el punto de mira tan sólo medio año después de llegar al poder. Y en su mandato, sobre todo un protagonista: su doloroso y continuo silencio. El silencio de Rajoy duele tanto como los injustos vapuleos de los mercados. Tanto como sus reformas financieras y laborales. Pero como todo silencio, el silencio de Rajoy otorga. El Presidente es el único hombre cauto capaz de guardar silencio para no dañar a los mercados, a diferencia de sus ministros. Rajoy analiza y decide. El líder del Gobierno no tiene una hoja de ruta para salir de la crisis, pero sí un único objetivo; no salir del euro. Un objetivo que sólo es posible si los mercados se callan, y para eso, él da ejemplo.

Si Alemania exige que pida ya el rescate a la banca, Rajoy calla, se sube las gafas con el dedo índice y acata. Para muchos puede parecer la humillación de un país, para él, mantenernos en la Unión Europea.

Cuando los problemas son tantos, sólo la reducción máxima de ellos nos ayuda a esclarecer el camino a coger, y para salir de la crisis hay dos opciones; permanecer en el euro o volver a la peseta. Son muchas las voces que, cansadas del despotismo alemán, piden la sublevación y la puesta en valor del Estado español. Pero pocos quieren vivir esas consecuencias. La vuelta a nuestra propia moneda traería un corralito inicial hasta el cambio de moneda, con él, la devaluación de nuestros ahorros, de los precios, pero también de los salarios. España no tocaría suelo, España llegaría a un infierno en blanco y negro como se coloreaba la imagen en los años 50. Posiblemente la recuperación llegaría antes, pero no a los mismos niveles a los que estuvo ‘cuando éramos ricos’. La España del blanco y negro sería una España viuda, sin apoyo al que recurrir si vuelve a enfermar. La unión con Europa no es sólo económica, es también política, social y militar. Y como buena unión sólo la muerte la separa. Si España sale del euro, se suicida.

Así que han pasado seis meses. Más de 180 días en los que los ciudadanos se preguntan a qué está jugando Mariano Rajoy. Pero el Presidente, lejos de defenderse, sigue callado a la espera de agarrarse a su objetivo. Mantener a España en el euro. Aunque sea remando a contracorriente y con los mercados golpeando la barca. Unos villanos que no quieren asumir que hoy por hoy España les da pérdidas, y ahí siguen especulando hasta encarecer la deuda hasta el riesgo de rescate. Estos no han sido los seis meses negros de Rajoy, sino los meses negros de un país liderado por un presidente que se niega a verlo en blanco y negro. 

Editorial Estrella

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