Estamos tan acostumbrados a perder, que ganar nos asombra. Despertarnos ayer con la noticia a toda pagina en el Financial Times de que «España gana el acuerdo de la banca» y nos dejó, en un primer momento, desconcertados, como si no pudiéramos creer que la fortuna estuviera en algo de nuestra parte. Finalmente la buena nueva ha resultado ser un soplo de aire fresco, en este espeso panorama de nuestra Economía.
Mariano Rajoy y Mario Monti han conseguido ganar una negociación comunitaria cargada de dificultades y que es solo una batalla, de las muchas que aun quedan para ganar la guerra. Según dicen los expertos lo que se han conseguido en esta cumbre, inicialmente de pasión y luego de satisfacción, son tres retos importantes: que los fondos europeos de rescate podrán comprar bonos de los países vulnerables y que para recibir el apoyo de los mercados bastara con que cumplan los planes de ajuste prometidos en Bruselas. El segundo que esos fondos de rescate ya no tendrán estatus de acreedor preferente y el tercero, -que es el que se ha llevado todos los titulares- que la eurozona podrá rescatar a los bancos de forma directa, aunque con una estricta supervisión.
En la noche del jueves al viernes coincidí, casualmente, en casa de una amiga común con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría. Se suponía que era la noche europea de los cuchillos largos, que todas las espadas estaban en alto y, sin embargo, cuando le preguntamos cómo iban las cosas en Bruselas se mostró inusualmente optimista. Nos vino a decir que las reuniones previas habían sido muy buenas y, aunque la cosa estaba complicada para España, el presidente daba evidentes signos de esperanza. Si bien el lugar no era ni mucho menos el apropiado para entrar en materia tan sesuda, su serenidad con la que esta cayendo y su esperanza en que las cosas se van a ir tranquilizando poco a poco, fue como un pequeño respiro para todos que, al minuto, ya habíamos cambiado de tema por otro mucho mas amable como la posible victoria de la Roja. La vicepresidenta es una mujer prudente, muy afable de trato y muy rápida de reacciones que, no suele dar puntada sin hilo. Dado el escepticismo general sobre la reunión clave para el futuro de Europa, yo pensé que la mano derecha de Rajoy prefería no adelantar malas noticias, e impostaba un falso optimismo, pero me equivoqué. Horas después saltaban los primeros teletipos y leer la versión de internet del Time, que tan duro suele ser con nuestro país, me despejó las dudas.
Fue sin duda una noche larga, difícil, seguramente llena de escaramuzas que conoceremos con el tiempo, pero al parecer finalmente los David -representados por Italia y España- han plantado cara al Goliat de Alemania y la cosa no ha salido mal. La firmeza de Rajoy en su planteamiento sobre el rescate de la banca ha dado frutos y todos nos alegramos por ello, pero aun quedan muchas cosas por hacer y la batalla para salir de la crisis será muy larga y también muy dura. Queda mucho camino que recorrer para hacer un Estado financieramente viable y competitivo y a los ciudadanos nos tocará seguir haciendo sacrificios para salir del agujero de los cinco millones de parados.
Esta es solo una buena noticia, pero como estamos tan huérfanos de ellas vamos a saborearla al menos un par de días para tener un fin de semana tranquilo. Si además la Roja levanta de nuevo la copa de la victoria, el lunes nos sentiremos todos un poco mejor y el traje de España estará un poco menos deshilachado. ¡Ojalá!
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Esther Esteban