Los avances conseguidos con las decisiones adoptadas en la última reunión del Consejo Europeo han sido un alivio poco duradero para nuestra prima de riesgo, que se ha vuelto a disparatar, a la vez que nuestra bolsa ha tomada de nuevo el camino de bajada.
Y esto sucede porque, como después de cada reunión de este tipo, se imponen otras realidades, que de una parte pasan por las resistencias internas que se está encontrando Merkel con sus propios socios de gobierno y sus propios conciudadanos para sacar adelante las decisiones adoptadas y de otra parte, por las resistencias que ponen otros países que como Finlandia querrían que hipotecáramos la Costa del Sol.
Otra realidad es la falta de credibilidad acerca del cumplimiento del déficit para este año en nuestro país que está fijado en el 5,3%. Esa falta de credibilidad creo que impulsa a Merkel a utilizar los resortes a su alcance para demorar y dificultar el rescate bancario español y para que el BCE no compre deuda de nuestro país, que es lo único que en este momento podría minorar nuestra prima de riesgo. Se trata de poner problemas y demoras y así ir apretando el cuello de Mariano Rajoy para forzarle a tomar las medidas que Merkel desea.
Ante esta situación nuestro gobierno aprobará un nuevo paquete de reformas (eufemismo) en los próximos días que cumplirán con algunas de las expectativas de Bruselas. Ya estamos oyendo hablar de la elevación del IVA, de la eliminación de la deducción por adquisición de vivienda y otras más. Creo que esas medidas constituirán el último cartucho del gobierno para tratar de tranquilizar a Merkel y a los mercados, y que si no lo consiguen, la intervención, dura o blanda, podría estar a la vuelta de la esquina.
Bajo mi punto de vista, la forma de goteo en que el gobierno está llevando a cabo las reformas, no permiten la existencia de un marco claro y estable en el cual todos sepamos a qué atenernos. No se pueden están cambiando las reglas del juego de forma constante ya que se crea inseguridad. Hay que tomarlas todas juntas y aplicarlas, dejando al margen el rédito electoral.
Y además tengo la impresión de que la reforma más importante, ni está ni se la espera. Me refiero a los 17 reinos de taifas que tenemos montados en este país y que son pozos sin fondo. El descontrol y el gasto de estos reinos de taifas sí que producen pavor en Europa y más en concreto en Merkel.
El sistema de las autonomías que nos dimos en la transición, con todos sus coches oficiales, televisiones, altos y bajos cargos y toda la corruptela posible ha producido un gigantismo de sector público que amenaza con engullir al privado que lo tiene que sustentar. Hay que modificar el sistema a toda prisa para que el sector privado de este país pueda comenzar a respirar de nuevo. Pero lo cierto es que de esta reforma tan sólo hemos oído en una ocasión a Esperanza Aguirre decir algo positivo en ese sentido y por contra a Mariano Rajoy decir que ni siquiera se lo plantea.
Entiendo que los políticos no estén en su mayoría por esa labor, pero los ciudadanos de este país tenemos que indicarles el camino a seguir y si es necesario saliendo a la calle como cuando «La Roja» gana la Copa de Europa. ¿O es que acaso nuestro futuro es menos importante que el fútbol?
José Luis Martín Miralles-Estrella Digital
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