El Abismo no sabemos si es un lugar o un concepto. Nadie nos lo explica pero no hacen más que anunciarnos que estamos al borde de él o que irremediablemente caeremos en el mismo. En este sentido se añade a lugares como el cielo, infierno, purgatorio o el limbo que han ocupado muchas de nuestras especulaciones desde la niñez, si bien es muy dispar el conocimiento que tenemos de ellos.
Por ejemplo: el Cielo; no tenemos información. No sabemos si tiene moqueta, parquet o si está alicatado. Debe estar muy bien, pues nadie ha querido abandonarlo y así facilitarnos algún detalle. Y eso que tenemos médiums hasta en la Tele.
Del Infierno si existen detalles: tanto por tradición oral como por las concienzudas crónicas debidas a Dante Alighieri, el cual se explayó contando hasta las siete estancias del mismo con su decoración y todo.
Lo del limbo es muy curioso: a falta de información ha dejado de existir; lo han cerrado. Sin embargo ha creado tendencia. Existen instituciones con esta filosofía, por ejemplo: el Senado y varias más.
Por todos los datos que poseo, parece ser que el Purgatorio es una prórroga de la propia vida. Se hizo el purgatorio y nosotros, aunque nos ha costado, hemos logrado convertir a la vida en una imitación del purgatorio. Es todo un dudoso logro. A medida que aquella se acaba, entre unas cosas y otras, el purgatorio se hace todavía más presente.
El Abismo yo creo que se trata del estado en el que cae la persona cuando le han limitado todas sus posibilidades de distraerse a base de encarecer las cosas y recortar los ingresos. Así el personal, acobardado, ya no puede salir de casa y está condenado a ver y escuchar delirantes, ininteligibles y apocalípticas noticias, mensajes y tertulias televisivas sobre la situación actual, el negro futuro, los durísimos recortes, etc…Esta inmersión en el absurdo provoca en la gente un estado de ánimo cercano al desespero que enloquece al más pintado.
De donde, si aplicamos una ecuación algebraica buscando un factor común o incluso si desarrollamos estas premisas cuasi filosóficas en sencillo silogismo, servidor puede concluir y concluye que el llamado “abismo” es el “purgatorio 2012”. Ya sea en el borde, que es donde parece que estamos ahora, o en el fondo.
Pero no desesperen ni se me depriman, todos los textos consultados coinciden en que el purgatorio tiene caducidad. No dura eternamente. Así que tranquilos. Resistan. Solo les ruego un montón de paciencia, mucho control y prescinda de agoreros. Si les vuelven a hablar del abismo, apague el televisor y huya hacia la calle: para andar, hablar, manifestarse o para lo que se tercie. No es una orden, pero casi.
Hasta la próxima semana.
Paco Fochs-Estrella Digital
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